La situación de los precios de la leche
José María Álvarez Rodríguez
Portavoz Nacional de OPL (Organización de Productores de Leche de vaca)
Aunque suene redundante, es así, nadie entiende lo que estamos haciendo en este país con este sector, por un lado, nos desprestigian, por el otro nos arruinan, todo ello con una impunidad que no se puede entender.
Cada día nos despertamos con un nuevo caso de enterramiento en vida de este sector, salen los animalistas e invaden nuestras ganaderías, nos llaman maltratadores, asesinos y violadores, nos insultan, nos vejan y nadie hace ni dice nada, a más a más, nos aprieta la administración un poco más la cuerda que llevamos al cuello, queremos vacas felices, queremos leche de calidad, queremos proteger el medio ambiente, pero ese “queremos” en este sector, lo hacemos reposar sobre los hombros de los ganaderos. Lo queremos todo, menos pagar a su precio la leche que producimos.
Cada vez que se publican datos, dan ganas de llorar, entrar en las páginas web de la UE y ver cómo somos el país noveno por la cola que más cobra la leche, da verdadera rabia y pena. Tenemos de la Europa de los 28, 18 países que cobran más que nosotros y solo 9 que cobran menos, en el pelotón de cola, por detrás de nosotros, tenemos a Polonia, Bulgaria, Hungría o Lituania. Países como Francia cobran 4 céntimos más la leche, Holanda 3,8 céntimos. Qué decir de Italia, un país muy parecido al nuestro, un país deficitario, que cobra 8 céntimos más el litro de leche (fuente Milk Market Observatory 06/08/19). Viendo estas cosas, echamos de menos los años en los que estábamos entre los tres países que más la cobrábamos. Todavía me acuerdo del primer contrato que vi, de la empresa Pascual, que ponía en referencia Francia más 6 de las antiguas pesetas, atrás quedaron aquellos tiempos.
En este país, hace unos pocos años, la administración nos hizo ver que nuestra solución eran los contratos; nos lo creímos, pensamos que así tendríamos más estabilidad, o eso nos hicieron creer. Pero la verdad es que el tiempo pone a cada uno en su sitio y a nosotros no tardó en ponernos a pies de la horca. Ahora nos ponen precios para un año, dependiendo de lo que les interese, siempre para ganar ellos. Nos ponen precios fijos (si saben que van a subir) o precios variables, (si piensan que van a bajar). Nos atan por tres meses o por un año, nos ponen precio, condiciones, penalizaciones, sanciones…todo aquello que os podáis imaginar que nos baje el precio. Eso sí, podemos negociar…negociar cuándo vamos a abandonar este sector, el resto nos lo dan ya negociado. ¡Qué pena! Yo que siempre pensé que un contrato era un acuerdo a respetar por ambas partes, previo a una negociación entre iguales, ahora veo que llevaba años confundido.
Esto que pusieron en nuestras manos, mejor dicho, en las de la industria, no es un contrato. Es un arma de destrucción masiva de ganaderos.
Para acabar de no entender nada, tenemos que seguir escuchando a la gente echarnos en cara que vivimos de subvenciones.
Que esa limosna que nos dan, mejor se la ahorraban. Pero, eso sí, lo que no entienden esos que dicen tal patraña es que nos la dan por dos razones: por tenernos apesebrados y no dejarnos mover y para que ellos puedan seguir comprando la leche a precios de los años 80.
Obviamente, nadie se lo explica a los consumidores; ellos siempre pensarán que su sueldo va a nuestras suculentas cuentas. Lo que no sé es cómo no se dan cuenta que sin tan rentable fuera ser ganaderos de leche, no estarían desapareciendo tantas ganaderías. Porque ¡ojo al dato! quedan menos ganaderos hoy en toda España que los que había en la comarca de Terra Chá hace veinte años…
Otro de nuestros grandes enemigos, a mi parecer el mayor culpable de nuestra paulatina desaparición es la distribución.
Esos grandes caníbales que solo piensan en comerse unos a otros. A estos necrófagos no les importa dejar los cadáveres que sea a su paso. Nos despertamos a principio de agosto con el Carrefour de Las Rozas vendiendo leche a 25 céntimos, además con las siglas PLS, que más que pertenecer a Producto Lácteo Sostenible, podríamos decir que es otro invento para reírse de nosotros. El producto que menos cuesta obtener en esos antros, el agua, vale bastante más que la leche. Pero nadie se alarma por ello…
Hagamos algo nosotros. ¡Pero hagámoslo ya! ¡Unámonos de una vez!
A los consumidores, esos que al final compran nuestra leche, los utiliza la distribución a su antojo.
Para atraerles a sus instalaciones, pone a precios RIDÍCULOS a los productos que están en todas las casas como son los huevos y la leche. Y luego ya les afeitan con el resto. La industria siempre jugó de buena gana a este juego.
Sabe de nuestra unión y poder, de ello se lucra. Por no hablar ya de las marcas blancas, esas que quieren tener un precio muy goloso, un contenido de mucha calidad y luego que se la regale el ganadero. Todos lo sabemos ¿verdad? Nos certifican, primero nos dan una limosna, que después nos quitan. Pero las condiciones siguen; esas nunca más nos las quitarán. Luego nos hablan de bienestar animal…
¿Quién mejor que el ganadero desea el bienestar de sus vacas?
Pues bien, parece que la industria y la distribución son a las que más les preocupa… ¡Y no señores, no!
Ustedes la cobran, nosotros la generamos y la deseamos para nuestros animales.
Visto todo esto, nos queda un año complicado. Leche no tienen, pero no la suben. Vergüenza tampoco la tienen, porque si la tuvieran en este país se estaría pagando más por cada litro.
Por lo tanto, hagamos algo nosotros. ¡Pero hagámoslo ya!
¡Unámonos de una vez! No sé si en Cooperativas, Asociaciones, OPL o como queráis. Pero si sabemos que este es nuestro mal, pongamos remedio de una vez.
En menos de dos años bajaremos de los 10.000 ganaderos, ¿a qué esperamos?