Roma, 24 de julio de 2023. Tras las recientes noticias que confirman que la lucha contra el hambre se ha estancado, una reunión de líderes globales para evaluar el progreso realizado en la transformación de los sistemas alimentarios se vuelve aún más urgente.
“El coste de la inacción es mucho mayor que el precio de tomar acción. Si realmente queremos sacar a las personas del hambre, de la pobreza, necesitamos inversiones, no sólo asistencia [humanitaria]. Y esas inversiones deben estar muy enfocadas hacia políticas rurales en favor de los pobres”, dijo hoy Álvaro Lario, Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), durante una sesión de alto nivel en la Cumbre de los Sistemas Alimentarios de la ONU + 2 Momento de Evaluación. Lario añadió que se necesitan compromisos financieros firmes y voluntad política para detener las tendencias actuales y construir un futuro de seguridad alimentaria
La Cumbre está convocada por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres. “En un mundo de abundancia, es escandaloso que las personas sigan sufriendo y muriendo de hambre”, dijo en su discurso en la sesión de apertura. “Dejar sin inversión los sistemas alimentarios significa, literalmente, dejar a las personas pasar hambre”, añadió Guterres.
La visión global emergente es crear una nueva arquitectura financiera alimentaria en la que los gobiernos, el sector privado y los socios para el desarrollo movilicen hasta 400 000 millones de dólares estadounidenses al año hasta 2030, una cifra considerablemente menor que el coste de la inacción, estimado en 12 billones de dólares estadounidenses al año en daños ambientales, sociales y económicos para las comunidades, familias, medios de subsistencia y vidas.
Proporcionar acceso a dietas saludables
“Los sistemas alimentarios actuales no han logrado que las dietas nutritivas sean accesibles o asequibles para todos. Cuatro de cada diez personas en todo el mundo no pueden permitirse una dieta saludable. Debemos construir un mundo donde los alimentos saludables y nutritivos estén disponibles y sean asequibles para todos, y en todas partes. Si no actuamos ahora, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los objetivos climáticos continuarán completamente fuera de nuestro alcance”, dijo Lario anteriormente.
Según las últimas cifras publicadas por la ONU el 12 de julio, 122 millones de personas más sufren malnutrición crónica desde 2019. Actualmente, más de 3 000 millones de personas en el mundo no pueden permitirse una dieta saludable. Los sistemas alimentarios son responsables de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, de hasta un 80% de la pérdida de biodiversidad y un 70% del consumo de agua dulce.
Financiando la transformación de los sistemas alimentarios: un precio asequible
“Necesitamos aumentar masivamente las inversiones en el desarrollo rural y en los sistemas alimentarios para ayudar a los pequeños agricultores a producir más alimentos y más diversos, acceder a mercados, cadenas de valor y tecnologías, y adaptarse al cambio climático”, añadió Lario. El FIDA, el único fondo de la ONU que se enfoca exclusivamente en las áreas rurales, lidera la agenda de financiación de la transformación de los sistemas alimentarias junto con el Grupo del Banco Mundial.
“Todos los gobiernos representados aquí hoy se han comprometido a eliminar la pobreza y el hambre, y a tomar medidas urgentes sobre el clima para 2030. Hoy estoy aquí para decir en voz alta y clara que no lo lograremos, que ustedes no lo lograrán, a menos que transformemos nuestros sistemas alimentarios hoy. Nunca nos habíamos jugado tanto. Los próximos años son cruciales para garantizar la seguridad alimentaria”, dijo Sabrina Elba, quien recibe una mención honorífica en los Premios ODS de la ONU por su trabajo como Embajadora de Buena Voluntad del FIDA.
La Cumbre evaluará durante los próximos tres días el progreso en la creación de sistemas alimentarios inclusivos, sostenibles y resilientes. El evento cuenta con la participación de 2 000 personas in situ, y miles de asistentes virtuales de 170 países, entre las que se incluyen 22 jefes de estado, 103 ministros, casi 100 coordinadores nacionales de sistemas alimentarios, 450 delegados de actores no estatales y delegados de alto nivel del sistema de la ONU y otras organizaciones internacionales.