- Los viticultores de la Ribeira Sacra se enfrentan a pérdidas económicas mientras las promesas de ayudas y soluciones de la Xunta siguen sin materializarse tras la vendimia.
Las promesas de ayudas y medidas de la Xunta de Galicia, anunciadas a comienzos de septiembre, no se materializaron, dejando muchos productores en una encrucijada. Ante la falta de acciones concretas, algunos viticultores se ven obligados a malvender las uvas a precios por debajo del coste de producción, mientras otros, sin salidas viables, dejan que sus uvas pudran en las vides.
La finales de agosto, representantes del sector vinatero esperaban una respuesta firme por parte de la Consellería de Medio Rural (CMR) tras la creación de una mesa de trabajo que incluía a las organizaciones agrarias. Con todo, más de 15 días después, no se registran avances ni acuerdos que garanticen la recuperación del sector o apoyen a las más de 500 familias dependientes de la viticultura en la zona.
“La situación es desoladora”, afirma Xosé Manuel Pariente, coordenador del sector vitivinícola en el Sindicato Labrador Gallego (SLG). “La Xunta continúa publicitando en la Televisión de Galicia sus supuestos avances en colaboración con Uniones Agrarias, pero la realidad es que las medidas anunciadas no llegan. La gente está malvendendo las uvas o dejando que se pierdan por falta de alternativas”.
Además, los productores señalan la falta de avances en áreas como la destilación de crisis, la formación o la divulgación de las oportunidades de la Política Agraria Común (PAC). Tampoco se tiene noticia del refuerzo de las estrategias de promoción de la denominación de origen de la Ribeira Sacra, ni de la aprobación de ayudas de minimis, similares a las implementadas en otras regiones vitivinícolas como La Rioja.
Con esta falta de apoyo efectivo, a Ribeira Sacra está en peligro, advierte Pariente, quien alerta sobre la posible desaparición de un sector clave para el equilibrio económico y social de la comarca. “La situación es dramática, y podría poner fin a proyectos vitícolas y vidas en el rural”, concluye.