- Las mujeres rurales reivindican su labor en el campo y piden políticas efectivas para reducir la hendidura de género y mejorar su participación en las explotaciones agrarias.
En el marco del Día Internacional de la Mujer Rural, celebrado el 15 de octubre, numerosas mujeres gallegas dedicadas al sector agroganadero hicieron un llamado a reconocer su contribución y a impulsar medidas que favorezcan la igualdad de género en el rural. Actos conmemorativos tuvieron lugar por toda Galicia, destacando su importancia en las explotaciones agrícolas y ganaderas, así como su papel esencial en la sostenibilidad de las aldeas.
Establecido en 2007 por la Asamblea General de la ONU, el Día Internacional de la Mujer Rural busca reconocer la importancia de las mujeres en el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria y la lucha contra la pobreza. Este año, la asociación Agromuralla organizó en Lugo una mesa redonda con voces destacadas del sector, como la presidenta de Leche Río, Carmen Lence, y otras figuras del ámbito rural, que resaltaron tanto los logros como los desafíos que aún persisten.
Desafíos en la titularidad compartida y la igualdad de roles
Uno de los principales problemas que se abordaron fue la baja adhesión a la Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias, aprobada hay más de una década. La normativa, que busca garantizar la igualdad de derechos para las mujeres en las explotaciones, tiene resultados muy limitados: en Galicia, solo 39 explotaciones están acogidas la este régimen, una cifra que contrasta con las 914.872 existentes en toda España.
María Elena Fernández, veterinaria y ganadera en la cooperativa Carballeira, destacó que en Galicia es común ver mujeres trabajando en granjas, pero lamentó la falta de avances en la cotitularidade. Insistió en la necesidad de romper con los roles tradicionales, donde las mujeres son relegadas la tareas menos visibles, y subrayó la importancia de que las mujeres tomen un papel activo tanto en el trabajo diario cómo en la toma de decisiones en las explotaciones.
Hendidura de género y falta de relieve generacional
Otro aspecto crucial es el envejecimiento de la población rural y la escasa incorporación de mujeres nuevas al sector. Según los datos de Eurostat, Galicia está a la cola de la UE en presencia de jóvenes al frente de explotaciones, con una edad media de los jefes de explotación de 63,6 años. Solo el 4,5% de las explotaciones están dirigidas por mujeres menores de 40 años, lo que refleja una clara necesidad de promover políticas que incentiven la participación de las nuevas generaciones.
Conciliación y el papel de la educación
Mujeres como Quiara Pardiñas y Chelo López compartieron sus experiencias de conciliación entre el trabajo agrario y la vida familiar. Ambas subrayaron que, aunque el sector rural ofrece grandes beneficios en términos de calidad de vida y bienestar, sigue existiendo un machismo latente que precisa ser combatido a través de la educación de las nuevas generaciones. En palabras de Consuelo Montes, maestra rural durante 40 años, “los niños del rural tienen unos valores diferentes, más respetuosos y colaborativos”.
El éxodo rural femenino y el impacto en la población
Uno de los puntos más críticos abordados fue el éxodo de las mujeres del rural, que provoca una fuerte masculinización y el envejecimiento de la población en las aldeas gallegas. Según datos del INE, en zonas rurales hay 112 hombres por cada 100 mujeres entre los 30 y los 49 años, lo que impacta directamente en la natalidad y en la continuidad de las explotaciones familiares.
Carmen Lence, presidenta de Leche Río, advirtió que frenar esta tendencia es fundamental para el futuro del rural, ya que la falta de mujeres nuevas compromete la continuidad de las aldeas. Subrayó la necesidad de visibilizar el trabajo de las mujeres en el campo como motor de desarrollo y de empoderamiento económico.
La importancia de la innovación y las políticas públicas
Iniciativas como la de la productora de manzana para sidra Mónica Brey, quien implementó técnicas de mecanización en la recogida de frutos, demuestran que la innovación también puede jugar un papel clave en el fortalecimiento del papel de las mujeres en el rural. El apoyo institucional, como el brindado por la Xunta a través de ayudas y formación, es esencial para que estas iniciativas tengan continuidad.
Conclusión
La realidad muestra que, a pesar de los avances, la mujer rural gallega sigue luchando contra la invisibilidad y la desigualdad. La conmemoración del Día de la Mujer Rural es una oportunidad para reivindicar no solo su papel en el sector agroganadero, sino también para reclamar políticas más efectivas que garanticen igualdad de oportunidades, tanto en el acceso a las ayudas como en la toma de decisiones que marcan el futuro del rural gallego.
( Video. Agromuralla y TVG)