- El fuego pudo ser sofocado antes de alcanzar los numerosos vehículos estacionados en los accesos a la playa de Area da Secada, evitando un desastre mayor.
El entorno de Area da Secada, uno de los símbolos más representativos de A Illa de Arousa, se vio amenazado este miércoles por la tarde cuando un incendio intencionado se desató por cuarta vez en una semana. Esta playa, rodeada de vegetación y cercana al faro de Punta Cabalo, es una de las más populares del municipio. La evidencia de que el incendio fue provocado se encuentra en los restos de cuatro bengalas halladas cerca del foco del fuego, después de que lograra ser sofocado.
La alarma se activó alrededor de las 3:15 de la tarde. El alcalde, Luis Arosa, que estaba a punto de finalizar su jornada en la Casa do Concello, fue informado de una columna de humo en dirección oeste. Inmediatamente, junto con un agente de la Policía Local, cerraron la carretera de acceso a la playa y alertaron a los bañistas para que movieran sus vehículos aparcados en los márgenes del camino. Aunque las llamas alcanzaron algunos automóviles, los propietarios lograron retirarlos antes de que el fuego los dañara gravemente. “Si no lo hubieran hecho, todos habrían ardido en cadena, causando una catástrofe”, comentó un bombero en el lugar.
A diferencia de los incendios de la semana anterior, que afectaron a una zona de monte con castaños y carqueixas en el lado opuesto de la carretera, este incidente se vio agravado por un fuerte viento del nordeste y altas temperaturas. A pesar de estas condiciones adversas, la rápida respuesta de los servicios de extinción logró controlar el fuego antes de que se propagara más allá de los 1.800 metros cuadrados quemados, principalmente eucaliptos. En el operativo participaron cuatro brigadas de la Consellería de Medio Rural, dos agentes forestales, dos motobombas —una de ellas de los bomberos de Sanxenxo— y un helicóptero, que se retiró a las 4:45 de la tarde cuando el incendio fue controlado. Además, contaron con el apoyo de la Guardia Civil, la Policía Local de A Illa y el voluntario ambiental Nito Dios, conocido por su amplio conocimiento del monte isleño.
Aunque alguien podría pensar que 1.800 metros cuadrados quemados es una superficie pequeña, esta percepción cambia al considerar que A Illa de Arousa tiene solo siete kilómetros cuadrados y que sus áreas forestales, aparte del parque natural de O Carreirón, son limitadas.