- La reunión de 200 ganaderos en Pedrafita evidencia la urgencia de precios dignos, una PAC justa y apoyo real a la gestión del territorio gallego.
 
200 ganaderos lucenses reclaman en Pedrafita una PAC justa y precios dignos
Unas doscientas ganaderas y ganaderos de la montaña lucense se reunieron hoy en Pedrafita do Cebreiro en una jornada técnica sobre gestión medioambiental en explotaciones de vacuno de carne, organizada por Unións Agrarias. Aunque el encuentro tenía un enfoque formativo, lo que afloró con fuerza fue la preocupación del sector por un futuro cada vez más condicionado por los precios, el relevo generacional y la gestión del territorio.
Un respiro en los precios, pero con un largo camino por delante
Tras años de estancamiento, el mercado de la carne de ternera suprema vive un repunte excepcional: un aumento del 49%, una subida histórica que ha devuelto algo de oxígeno a las explotaciones familiares de montaña.
Sin embargo, entre los asistentes el diagnóstico fue unánime: “no podemos darnos por satisfechos”. El sector considera imprescindible asegurar precios estables y acordes a la calidad diferenciada de la carne producida en estas zonas de alta montaña, donde el manejo, la orografía y los costes multiplican el esfuerzo diario.
El repunte actual, recordaban varios técnicos presentes, debe servir como punto de partida para blindar la rentabilidad, no como excusa para volver a dinámicas de volatilidad que llevan años golpeando a las pequeñas y medianas ganaderías.
La PAC: un pilar que no puede fallar en el rural gallego
Entre los temas recurrentes, destacó la defensa de una PAC justa, igualitaria y con presupuesto suficiente. En un territorio donde la estructura productiva se basa en modelos familiares y tradicionales, la PAC sigue siendo la columna vertebral que permite sostener actividad y población.
Los ganaderos reclamaron que los futuros criterios de reparto:
• Primen a las explotaciones pequeñas y medianas.
• Dirijan las ayudas a quienes realmente viven y trabajan en el rural.
• Reconozcan el papel ambiental de quienes gestionan territorio.
Una demanda compartida por técnicos y responsables de organizaciones agrarias, que recuerdan que hablar de PAC no es un debate administrativo, sino hablar de la supervivencia del rural gallego a medio plazo.
Territorio abandonado, monte que arde: una ecuación que urge romper
Otro de los temas que sobrevoló la jornada fue la política forestal y la lucha contra los incendios. Galicia lleva invertidos más de 4.000 millones de euros desde la época de Manuel Fraga en dispositivos de extinción. Sin embargo, la percepción generalizada es clara: el modelo no funciona.
El origen del problema, señalaron desde Unións Agrarias, está en el abandono rural y la falta de gestión continua del territorio. Allí donde hay actividad agrogandeira, el monte permanece limpio, el mosaico agroforestal está vivo y los incendios pueden controlarse con mayor facilidad.
Los asistentes insistieron en que la administración —autonómica y estatal— debe reconocer, remunerar e incentivar el papel preventivo de las ganaderías de carne en la gestión del paisaje. Su labor va mucho más allá de producir alimentos seguros y de calidad: son la primera línea de defensa contra el fuego y el despoblamiento.
Relevo generacional: el reto que marcará el futuro
Otro punto crítico es la incorporación de juventud. Las ganaderías de montaña, especialmente las de carne, necesitan atraer a nuevas mozas y mozos que permitan mantener vivo un sector estratégico. La dureza del oficio, los costes, la burocracia y la falta de estabilidad en los precios dificultan ese relevo.
Para revertir la tendencia, los ganaderos reclaman:
• Incentivos reales para la incorporación.
• Apoyo técnico y económico continuado.
• Condiciones que permitan planificar a largo plazo.
Porque sin recambio generacional —advirtieron— no habrá ni carne de calidad, ni paisajes cuidados, ni prevención de incendios, ni futuro para la montaña gallega.
Un sector que pide ser escuchado
La jornada de Pedrafita fue mucho más que una sesión técnica: fue una radiografía del momento que vive el vacuno de carne en Galicia. Un sector orgulloso del valor que aporta, consciente de los desafíos y decidido a seguir defendiendo un modelo productivo que mantiene vivo el rural.
Su mensaje es claro:
precios dignos, una PAC protectora y un reconocimiento real del papel ambiental de las ganaderías.
Todo lo demás, insisten, son parches para un territorio que ya no puede permitirse seguir perdiendo actividad.


