- En Galicia, los precios de la carne de vacuno se han duplicado en seis años por la falta de animales y la fuerte demanda, tensionando todo el mercado.
 
El boom de los precios
El vacuno gallego atraviesa uno de los momentos más singulares de su historia reciente. En apenas seis años, los precios de las vacas de matadero y de los terneros de cebo se han duplicado —e incluso triplicado en algunos casos—, impulsados por la falta de animales disponibles y la creciente demanda de los mercados de exportación, especialmente Argelia y Marruecos.
Lo que antes parecía un sector de márgenes ajustados se ha convertido en un escaparate de cifras impensables hace solo una década. “Ni nosotros mismos esperábamos llegar a estos precios”, admite Jonathan Cives, responsable de un cebadero en Mazaricos con capacidad para 500 animales. “La carne va camino de ser un producto solo para ricos”, añade, reflejando una paradoja que inquieta a buena parte del sector.
Escasez y tensión en la recría
El verdadero cuello de botella está en la recría. La escasez de becerros de aptitud cárnica ha disparado las cotizaciones hasta niveles que comprometen la rentabilidad de muchos cebaderos.
“Hoy pagar mil euros por un becerro de poco más de un mes es habitual”, explica Cives. “Pero, ¿a qué precio lo tienes que vender después de nueve o diez meses para cubrir costes?”.
La pregunta resume la incertidumbre que domina los corrales gallegos. Con unos costes de producción que rondan los 8,22 euros por kilo canal —según datos de la Fundación Juana de Vega—, los márgenes siguen siendo ajustados pese al espectacular aumento de precios. El problema, advierten los productores, es que la subida podría trasladarse al consumidor final en una espiral difícil de sostener.
Datos que hablan por sí solos
La Central Agropecuaria de Galicia ABANCA confirma la magnitud del salto. Un ternero cruzado de entre 15 y 20 días cotiza ya a 810 euros, frente a los 363 euros de 2019. Los de más de 50 días han pasado de 402 a 1.008 euros, mientras que los ejemplares de Rubia Gallega alcanzan precios récord: entre 1.128 y 1.448 euros según edad y características.

En solo seis años, el mercado ha dado un giro que redefine la estructura de costes y la rentabilidad de las explotaciones. Y aunque los precios altos alivian las cuentas de muchos ganaderos, también tensionan el equilibrio entre oferta, demanda y consumo interno.
Los lácteos, los grandes beneficiados
La paradoja llega desde el sector lácteo. Ganaderos que antes veían el nacimiento de un ternero frisón como un contratiempo —por su escasa salida comercial— ahora celebran precios nunca vistos por animales que antes apenas tenían valor.
La combinación de precios al alza en el vacuno de carne y una oferta reducida ha abierto nuevas oportunidades para explotaciones tradicionalmente centradas en la leche. “Hoy las vacas de desvieje se pagan como nunca”, explican desde varias ganaderías, lo que contribuye a mejorar la liquidez de las explotaciones lecheras en un contexto de costes aún elevados.
Un mercado en tensión
El futuro inmediato dependerá de la capacidad del sistema para absorber este incremento de precios sin erosionar el consumo. Si los salarios y la renta disponible no acompañan, el riesgo de que la carne de vacuno se convierta en un alimento “de lujo” es real.
De momento, el mercado sigue funcionando por pura inercia: pocos animales, fuerte demanda y un consumidor dispuesto —por ahora— a pagar más. Pero en el campo, la sensación general es de cautela. “Nada garantiza que este ciclo vaya a durar”, reconocen los productores.
La carne gallega vive un auge sin precedentes. La pregunta es cuánto tiempo podrá sostenerse antes de que el mercado —como tantas veces en el rural— vuelva a equilibrarse por sí solo.


