- Medio Rural amplía a 2,1 millones las ayudas para proyectos no agrícolas, apoyando la creación de empleo y la diversificación del tejido rural gallego.
El rural gallego también emprende: más apoyo a negocios no agrícolas
400.000 euros extra para responder a la alta demanda
El campo no es solo agricultura y ganadería. Cada vez son más las personas que deciden emprender en actividades alternativas dentro del medio rural, desde talleres artesanales hasta servicios sociales o producción de bienes. Y ese dinamismo empieza a tener respaldo económico. La Axencia Galega de Desenvolvemento Rural ha decidido ampliar hasta 2,1 millones de euros el presupuesto destinado a apoyar proyectos empresariales no agrícolas, tras recibir un volumen de solicitudes superior al esperado.
La ampliación, publicada hoy en el Diario Oficial de Galicia (DOG), supone 400.000 euros más respecto a la cantidad inicialmente prevista (1,7 millones), y responde a una tendencia clara: el rural gallego quiere diversificar su economía y generar oportunidades más allá del campo tradicional.
¿Quién puede beneficiarse y para qué tipo de proyectos?
Estas ayudas están dirigidas a pequeñas empresas situadas en zonas rurales y también a autónomos o personas físicascon residencia en estos entornos. El objetivo es impulsar actividades no agrícolas que complementen el desarrollo del medio rural.
Entre los sectores que pueden acogerse a estas subvenciones se encuentran:
La transformación y comercialización de productos agrarios,
La fabricación de materiales o bienes,
La prestación de servicios sociales,
Y la artesanía o actividades artesanales.
En definitiva, negocios que, sin depender directamente de la tierra o el ganado, contribuyen a fijar población, crear empleo y dar vida al rural.
Inversiones subvencionables: foco en modernización y crecimiento
La convocatoria —en régimen de concurrencia competitiva— financia inversiones en bienes de equipo y materiales necesarios para desarrollar, ampliar o modernizar estas actividades económicas. Es decir, no se trata de una ayuda genérica, sino de un apoyo directo al músculo productivo de las pequeñas empresas del rural.
Este tipo de financiación puede marcar la diferencia entre abrir una nueva línea de negocio o estancarse, especialmente en un entorno en el que muchas veces el acceso a financiación privada es limitado o inexistente.
Un rural más diverso, más fuerte
En un momento en el que la despoblación y el envejecimiento siguen siendo desafíos estructurales del medio rural, políticas como esta apuntan a una diversificación real del modelo económico rural, donde no todo pasa por la agricultura intensiva o la ganadería industrial.
Fomentar negocios ligados a la economía circular, el valor añadido local o los servicios de cercanía puede suponer una transformación estructural de muchos pueblos gallegos. Y, con ello, una forma de revitalizar comunidades enteras sin necesidad de depender exclusivamente del modelo agrario clásico.