- La Xunta sanciona con 18.000 euros a Explotaciones Gallegas SL por un vertido no autorizado de metales pesados al río Pucheiras, generando controversia ambiental.
La polémica en torno a la mina de Touro, ubicada en A Coruña, suma un nuevo capítulo. Augas de Galicia ha impuesto una multa de 18.000 euros a Explotaciones Gallegas SL, responsable de una filtración no autorizada de metales pesados al río Pucheiras. Este incidente, catalogado como infracción leve, resalta la fragilidad del entorno frente a las actividades mineras y la tensión entre las instituciones, las empresas y los grupos ecologistas.
La sanción se deriva de una denuncia de Ecoloxistas en Acción, que alertó sobre un vertido proveniente de una balsa de lodos en la zona de Vieiro. Aunque la empresa solicitó autorización para el vertido y adoptó medidas correctoras, las inspecciones realizadas por Augas de Galicia confirmaron la contaminación, incluyendo concentraciones elevadas de manganeso y trazas significativas de níquel.
Una sanción cuestionada
El monto de la multa, considerado mínimo por la ley, podría reducirse a 14.400 euros si se abona voluntariamente. Esta decisión ha sido duramente criticada por Ecoloxistas en Acción, quienes califican de “subterfugios” las acciones de la Xunta. Isabel García, portavoz de la organización, subraya que el caso evidencia la incapacidad de la empresa para gestionar las aguas residuales de una mina en desuso, lo que, según ella, deslegitima cualquier autorización para reactivar la explotación minera en la zona.
Más allá de la multa: ¿lecciones aprendidas?
Mientras Augas de Galicia defiende su labor de vigilancia fluvial, este caso pone sobre la mesa un debate más amplio sobre la viabilidad de proyectos mineros en áreas de alta sensibilidad ambiental. El daño causado, aunque clasificado como menor, plantea interrogantes sobre la responsabilidad empresarial y la capacidad del marco regulatorio para prevenir y sancionar de forma adecuada este tipo de incidentes.
En el trasfondo, los vecinos y el ecosistema del río Pucheiras quedan como los principales afectados, mientras las tensiones entre las distintas partes involucradas auguran nuevas batallas legales y sociales en torno a la mina de Touro.