- El aeródromo militar de Santiago refuerza su papel clave en la lucha contra incendios, salvamento y protección de explotaciones rurales en Galicia.
Vocación múltiple del aeródromo militar de Santiago
Situado en Lavacolla, a unos 10 km de la capital gallega, el Aeródromo Militar de Santiago ha sido desde 1935 un bastión para la seguridad aérea de Galicia. Aunque comparte espacio con el aeropuerto civil, sus instalaciones operan con usos militares y de urgencia —una dualidad que refuerza su valor estratégico para el mundo rural.
Más que una pista para decollages y aterrizajes, el aeródromo cumple funciones que traspasan lo castrense: combate de incendios forestales, rescate aéreo, defensa y apoyo ante emergencias. Durante los meses más críticos del verano, estos servicios se convierten en salvavidas para las comarcas rurales.
Una jornada para conocer al “otro lado” de la defensa
Recientemente, la correduría agraria UCOGA visitó las instalaciones del aeródromo para interactuar con su personal y conocer a fondo las operaciones que allí se despliegan.
El recorrido incluyó zonas operativas, hangares y bases logísticas. Representantes del equipo de seguros dialogaron con los pilotos, técnicos y coordinadores de emergencias para entender los retos que afrontan, como la logística de repostaje, mantenimiento de aeronaves y protocolos de actuación en incendios o rescates.
Este tipo de acercamientos no solo muestran reconocimiento público, sino que también sirven para alinear expectativas, detectar necesidades reales del aeródromo y reforzar alianzas útiles para el sector rural.
Funciones esenciales para el campo gallego
Lucha contraincendios forestales
Uno de los papeles más visibles es el combate aéreo de incendios: aviones con base en Santiago colaboran en campañas estivales, operan como apoyo ágil y recurren a técnicas de coordinación con equipos terrestres. Así han ayudado a frenar llamas que amenazaban zonas agrícolas y forestales.
En 2025, por ejemplo, el aeródromo ha recibido hidroaviones franceses bajo petición del Ministerio del Interior, que aterrizaron en Lavacolla para reforzar la flota contra incendios. Este refuerzo externo refleja la necesidad de multiplicar recursos en momentos críticos, especialmente en zonas rurales con frágil cobertura aérea.
Búsqueda y rescate aéreo
Cuando una persona se pierde o sufre un accidente en zonas remotas del rural, el aeródromo sirve como base de operaciones para misiones de rescate. El personal hace vuelos de reconocimiento, coordinación con emergencias terrestres y evacuaciones en casos extremos.
Defensa aérea y apoyo en emergencias
Aunque menos visible para el ciudadano rural, las funciones de vigilancia, reacción rápida y coordinación civil-militar actúan como columna vertebral de la protección autonómica. En emergencias como inundaciones o accidentes masivos, estas estructuras pueden articular despliegues rápidos en zonas rurales.
Impacto real en explotaciones agrarias y forestales
Para las personas que cultivan la tierra o mantienen rebaños en zonas de montaña, estas intervenciones del aeródromo no son anecdóticas:
Protección del patrimonio productivo: cuando un fuego avanza hacia una explotación, el apoyo aéreo puede marcar la diferencia entre una pérdida parcial o total.
Preservación del suelo forestal: los montes sanos actúan como barrera ecológica frente a erosión, sequías y plagas, beneficiando la producción agrícola colindante.
Confianza territorial: comunidades rurales adquieren mayor resiliencia, sabiendo que cuentan con cobertura aérea, no solo por tierra.
Comunicación entre entidades: las cooperativas, aseguradoras y administraciones pueden coordinarse mejor cuando conocen las capacidades y limitaciones del aeródromo.

UCOGA y el guiño simbólico al sector agrario
Durante la visita, UCOGA entregó a los profesionales del aeródromo un lote de productos lácteos de cooperativas gallegas —marcas como Clesa, Feiraco y Leche Únicla— elaborados con leche de vacas aseguradas por la correduría. El gesto, promovido en colaboración con CLUN (Cooperativas Lácteas Unidas), apuntó a visibilizar el vínculo entre defensa territorial y producción agraria.
El director general de UCOGA, Iván Novo, afirmó:
“Su trabajo es esencial para proteger nuestros montes, nuestras explotaciones y a todas las personas que viven en el rural.”
Más allá de la formalidad, iniciativas de este tipo nutren el sentimiento de comunidad en el rural e incentivan el reconocimiento mutuo entre actores del campo y los servicios públicos.
Retos y recomendaciones para fortalecer esta infraestructura
Dotación técnica y modernización
El aeródromo debe mantenerse al día con tecnología de extinción, aeronaves más eficientes, sensores térmicos y sistemas de coordinación de emergencias que integren satélite, drones y GIS (Sistemas de Información Geográfica).
Coordinación interadministrativa
La Xunta de Galicia, a través de la Consellería con competencias en Medio Rural, debe impulsar convenios con el Ministerio de Defensa y los organismos nacionales que gestionan emergencias para asegurar flujos de recursos y protocolos claros.
Formación y capacitación local
Involucrar a brigadas forestales, bomberos comarcales y técnicos agrarios en simulacros conjuntos con el aeródromo, de modo que el manejo del fuego y las emergencias tenga una respuesta integrada en terreno.
Comunicación con el sector agrario
Que cooperativas, asociaciones de ganaderos y entidades locales mantengan vínculos activos con las bases aéreas. Intercambiar información y necesidades permite que el aeródromo ajuste sus servicios a las realidades del campo: zonas aisladas, accesos complicados, cultivos de alto riesgo, etc.
Un aliado aéreo del rural gallego
El Aeródromo Militar de Santiago no es una estructura aislada del medio militar: es una plataforma estratégica que aporta capacidad real al mundo agrario y forestal gallego. Las visitas como la de UCOGA permiten tender puentes—no de protocolo, sino de utilidad—entre la defensa nacional y el día a día del rural.
Para las explotaciones, los montes, las aldeas y las economías locales, contar con un aeródromo activo y bien gestionado es una pieza clave del rompecabezas de resiliencia territorial.


