- El sector agroganadero y forestal gallego alerta del impacto ambiental y social de la macrocelulosa en Palas de Rei
Rueda ignora las protestas y cierra el debate de Altri sin consenso en el rural
El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ha dado por cerrado el debate ambiental sobre la planta de celulosa de Altri en Palas de Rei (Lugo), desoyendo la oposición de amplios sectores del mundo rural gallego. Durante una sesión parlamentaria, Rueda afirmó que la discusión sobre el impacto ambiental del proyecto “ya está cerrada” y que el verdadero reto es atraer inversión y generar empleo.
Estas palabras han despertado indignación en el sector agrario, forestal y ganadero, donde se teme que la macrocelulosa tenga graves consecuencias en la gestión del territorio, el agua y la biodiversidad. La Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA) denuncia que el proyecto no solo carece de respaldo social, sino que supondrá un incremento del monocultivo de eucalipto, poniendo en riesgo la soberanía alimentaria y el equilibrio ecológico.
El rural gallego se moviliza contra Altri
El pasado sábado, más de 50.000 personas y 600 embarcaciones se manifestaron en A Pobra do Caramiñal contra la planta de celulosa y la mina de Touro-O Pino. Aunque la protesta fue liderada por el sector marisquero y pesquero, también participaron agricultores y ganaderos preocupados por el impacto de los vertidos en el río Ulla, que abastece explotaciones agrícolas y ganaderas en el interior de Galicia.
“No es solo un problema del mar, también afecta al campo. Si el agua se contamina, nuestras tierras y animales sufrirán las consecuencias”, advierte Xosé Manuel Varela, ganadero en la comarca de Ulloa. Los informes técnicos alertan de que la planta podría verter hasta 65 toneladas diarias de residuos al río Ulla, con especial impacto en los meses de verano, cuando el caudal es mínimo y muchas explotaciones dependen de este recurso para riego y consumo animal.

Un modelo forestal en jaque
El proyecto de Altri supone una apuesta por el monocultivo de eucalipto, una especie que ha transformado el paisaje gallego en las últimas décadas y que es vista por amplios sectores rurales como una amenaza para el equilibrio ecológico. “Estamos perdiendo suelo agrario y biodiversidad a favor de una especie que empobrece la tierra y aumenta el riesgo de incendios”, denuncia Mercedes Rois, exdirectora de Innovación de la Agencia Gallega de la Industria Forestal. En la misma línea, el arquitecto David Chipperfield, presidente de la Fundación Ría, también ha criticado el impacto del proyecto, alertando de las consecuencias medioambientales y socioeconómicas que podría tener para Galicia.
En Portugal, después de los devastadores incendios de 2017, el gobierno restringió la expansión del eucalipto, mientras que en Galicia el debate sigue abierto. “No podemos repetir los errores de nuestros vecinos. Es necesario apostar por un modelo forestal diversificado y sostenible”, reclama el colectivo Cousa de Raíces, que agrupa a propietarios forestales preocupados por el futuro del monte gallego.

Críticas desde la oposición y el sector técnico
La portavoz del BNG, Ana Pontón, ha acusado a Rueda de “despreciar a los manifestantes” y de fomentar un modelo basado en el eucalipto en detrimento de la diversidad agrícola y forestal. Por su parte, el secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, ha asegurado que su partido no apoyará el uso de fondos públicos para la iniciativa.
También la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, aprovechó un acto público para manifestar su rechazo al proyecto de Altri, asegurando que no entendía cómo el gobierno gallego seguía adelante con la iniciativa después del rechazo social que ha generado.
Además, voces independientes han cuestionado la viabilidad del proyecto. El Consello da Cultura Galega publicó en septiembre un informe que expone las deficiencias de la macrocelulosa, pero la Xunta ha rechazado su contenido sin presentar estudios propios. Mientras, desde el sector agropecuario se insiste en que este tipo de proyectos deberían ser analizados con mayor transparencia y con la participación directa de los sectores afectados.
El rural no da por cerrado el debate
A pesar de la postura de la Xunta, la oposición al proyecto de Altri sigue creciendo. Ganaderos, agricultores y propietarios forestales ven con preocupación el avance de una iniciativa que puede alterar la estructura productiva del rural gallego. La PDRA y otros colectivos anuncian nuevas movilizaciones y exigen que el proyecto se someta a una evaluación independiente.
Lejos de estar cerrado, el debate sobre la macrocelulosa de Altri sigue más vivo que nunca en el corazón del rural gallego.


