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sábado, abril 19, 2025

Austria y Galicia: dos modelos lácteos para un sector que busca respuestas

  • Productores gallegos visitan el sistema lácteo austríaco para conocer, comparar y repensar el futuro del sector desde la formación, la innovación y el relevo generacional.

En un contexto marcado por los desafíos de sostenibilidad, relevo generacional y transformación del modelo productivo, un grupo de productores gallegos ha participado en una enriquecedora experiencia formativa en Austria, organizada por la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal), dependiente de la Consellería do Medio Rural. La actividad, desarrollada dentro del Plan Estratégico de la PAC 2023-2027 a través de la Intervención de Formación, ha permitido visitar explotaciones de vacuno, ovino y caprino, centros de investigación y escuelas de formación profesional, con el objetivo de observar de cerca el funcionamiento del sistema lácteo austríaco y reflexionar sobre los paralelismos y contrastes con el gallego.

Lejos de un viaje turístico o protocolario, esta iniciativa se centró en la observación crítica, el intercambio de conocimientos y la recopilación de ideas que ayuden a orientar el futuro del sector lácteo en Galicia. Desde el primer momento, los participantes—ganaderos, técnicos y profesionales del ámbito agroalimentario—mostraron su interés por comprender no solo cómo se produce en Austria, sino también por qué, con qué implicaciones sociales y económicas, y con qué resultados a largo plazo.

Austria y Galicia comparten una importante tradición láctea en zonas rurales de montaña, pero han desarrollado modelos productivos distintos. Mientras Galicia se ha especializado en una producción intensiva de leche de vaca destinada principalmente a la industria, Austria ha diversificado su actividad con explotaciones de menor tamaño, a menudo familiares, que combinan la producción de leche con la transformación artesanal en quesos, yogures o helados, y su venta directa o a través de cooperativas.

La primera jornada del viaje incluyó una presentación detallada sobre el sector lácteo en Austria y una visita al centro de investigación, innovación y formación técnica en tecnologías alimentarias, donde los participantes pudieron comprobar cómo se articula un sistema que apuesta por la calidad, el conocimiento y la transmisión intergeneracional del saber agroalimentario. Por la tarde, las visitas a explotaciones mixtas de vacuno y ovino que transforman su leche en queso permitieron conocer de primera mano ejemplos de economía circular, aprovechamiento del territorio y estrategias para mantener el valor en origen.

“Me llamó la atención el orgullo con el que cada ganadero explica su producto y su historia familiar. Aquí no se trata solo de producir más, sino de producir con sentido, con identidad y pensando en el consumidor final”, comentaba una de las productoras gallegas al finalizar la jornada.

Diversificación, venta directa y formación como pilares del sistema

Durante el segundo día, el grupo visitó explotaciones familiares que elaboran y comercializan leche, quesos y helados. En estos casos, la implicación de todas las generaciones es clave. Jóvenes formados en escuelas técnicas se integran en negocios que no solo producen, sino que también transforman, diseñan etiquetas, gestionan redes sociales o venden en mercados locales. La escuela técnica agrícola y de tecnologías alimentarias, que se visitó en la última jornada, mostró cómo la formación profesional en Austria está estrechamente vinculada a la realidad de las granjas, con programas adaptados y un fuerte componente práctico.

“La implicación de la juventud es visible. Muchos jóvenes heredan explotaciones y las reinventan. No es raro ver a un chico de 25 años dirigiendo una granja, haciendo queso por la mañana y repartiendo en una food truck por la tarde”, señalaba otro de los asistentes, impresionado por el dinamismo del sector lácteo austríaco.

Uno de los momentos más reveladores fue la visita a una gran cooperativa con planta de recogida y transformación de leche, donde se pudo analizar cómo el asociacionismo permite mantener precios estables, garantizar la calidad y abrir nuevos mercados. Para los participantes gallegos, acostumbrados a lidiar con la volatilidad de precios y la dependencia de la gran industria, este modelo cooperativo resultó especialmente inspirador.

Conclusiones: observar para repensar el camino

A lo largo de las tres jornadas, la combinación de formación teórica y visitas prácticas propició múltiples debates entre los asistentes. Si bien nadie propone un trasplante directo del modelo austríaco a Galicia, las comparaciones permitieron identificar puntos fuertes y debilidades de ambos sistemas.

Austria ha apostado por la diversificación, el relevo generacional y la soberanía alimentaria como ejes de su política rural. Galicia, con una gran capacidad productiva y un sector industrial potente, enfrenta el reto de dar más valor añadido a sus productos, mejorar la rentabilidad de las explotaciones y atraer a nuevas generaciones.

“Este viaje nos invita a salir de nuestra rutina diaria y pensar a medio y largo plazo. Hemos visto que es posible producir leche con identidad, con conexión al territorio y con rentabilidad. Ahora nos toca decidir qué camino queremos tomar como sector”, resumía uno de los técnicos participantes en la expedición.

Desde la Axencia Galega da Calidade Alimentaria se valora muy positivamente esta experiencia, enmarcada en el sistema AKIS (Sistema de Conocimiento e Innovación Agraria), como herramienta para modernizar el sector agrario gallego a través de la formación, el acceso a la innovación y el contacto directo con realidades distintas pero comparables.

En definitiva, esta experiencia en Austria no ha sido solo un viaje al corazón de los Alpes, sino una oportunidad para mirar desde fuera y pensar desde dentro. Porque a veces, para avanzar, hay que detenerse a observar lo que hacen otros. Y preguntarse: ¿y si lo hiciéramos diferente?

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