- La humareda procedente de los incendios en Portugal ha llegado a Galicia, cubriendo los cielos y provocando un ambiente irrespirable en varias zonas costeras de la región.
El norte de Portugal arde, y las consecuencias de esos incendios forestales están alcanzando Galicia. Además de la devastación que ha provocado la muerte de siete personas y más de 60.000 hectáreas arrasadas en el país vecino, el humo y el olor a quemado han llegado hasta la comunidad gallega. Tui, una de las localidades más cercanas a la frontera, amaneció con cielos anaranjados y un fuerte olor a humo, que ha ido extendiéndose por la franja atlántica, afectando a ciudades como Vigo, Pontevedra, y hasta la Costa da Morte.
Según datos de MeteoGalicia, la densa humareda se ha desplazado debido a la estabilidad atmosférica y los vientos del sur-sureste, que han arrastrado el humo hacia el noroeste de la Península Ibérica. Aunque el índice de calidad del aire sigue siendo favorable, la visibilidad se ha visto reducida en varias áreas. Joel Cid, meteorólogo de MeteoGalicia, explicó que se espera que, con el paso del día y el aumento de las temperaturas, la capa de humo comience a disiparse, aunque es probable que el fenómeno se intensifique nuevamente durante la noche. En Vigo, las temperaturas alcanzaron los 30 grados, favoreciendo que el humo se mantuviera en suspensión.
En Barbanza, la humareda también ha cubierto el cielo, creando una atmósfera que algunos describen como casi apocalíptica, con un sol rojizo que resaltaba entre la neblina. Desde Santiago de Compostela hasta la Costa da Morte, el fenómeno ha sido visible en buena parte de la costa gallega. En A Coruña, los habitantes informan que incluso se percibe un fuerte olor a ceniza.
( Incendios de Portugal son una catastrofe Nacional, pero llama la atención al final del video, que se ha hecho viral, de un señor fumando mieentras los bomberos apagan el fuego y tira la colilla)
En Portugal, la situación es alarmante. Con más de 100 incendios activos, las autoridades luchan por contener las llamas, que han afectado a más de 50 municipios, algunos de ellos en riesgo extremo de incendio. El gobierno luso ha declarado el estado de calamidad, mientras que en tierra, 50.000 efectivos continúan trabajando para sofocar los incendios y proteger a las poblaciones cercanas.
Esta situación pone de manifiesto una vez más el impacto transfronterizo de los incendios forestales, que no solo devastan el terreno, sino que también afectan la calidad del aire y la vida cotidiana de las regiones colindantes.