- Galicia impulsa la transmisión de explotaciones agrarias con el Banco de Explotacións, apoyado por la red de oficinas rurales y nuevas ayudas para agricultores.
Facilitar el relevo en el campo: una estrategia necesaria
La falta de relevo generacional sigue siendo una de las mayores amenazas para el futuro del campo gallego. En un sector donde la edad media de los titulares de explotaciones supera los 60 años, garantizar la continuidad de las explotaciones es esencial para la sostenibilidad del agro.
Para hacer frente a este reto, Galicia ha puesto en marcha el Banco de Explotacións, una herramienta que busca facilitar la cesión de explotaciones y tierras agrícolas entre propietarios que dejan la actividad y nuevos agricultores o ganaderos interesados en incorporarse al sector. El papel de las oficinas rurales, con 69 centros en toda Galicia, será clave para asesorar y acompañar a los interesados en este proceso.
En este contexto, la conselleira de Medio Rural, María José Gómez, visitó la oficina rural de Friol (Lugo), un municipio pionero en la implementación de las permutas de especial interés agrario, una figura que ha permitido movilizar ya 400 hectáreas.
Un banco de explotaciones para garantizar el futuro del agro
El Banco de Explotacións no solo facilita la transmisión de explotaciones, sino que también busca incentivar la actividad agraria en un momento en que el abandono de tierras es un problema creciente. Los técnicos de las oficinas rurales recibirán formación específica para asesorar y guiar a los agricultores en este proceso, asegurando que el relevo generacional sea ágil y efectivo.
Además, el Banco se enmarca en la Ley de recuperación de la tierra agraria, una norma que apuesta por la reactivación del suelo agrícola y la estructuración del territorio para un mejor aprovechamiento de los recursos.
Ayudas económicas para facilitar la cesión y la incorporación
Para reforzar esta estrategia, la Xunta ha destinado 2,1 millones de euros en ayudas dirigidas a los propietarios que cedan sus explotaciones, con compensaciones económicas que superarán, de media, los 15.000 euros por cesión.
Por otro lado, también habrá incentivos para quienes asuman la gestión de las explotaciones cedidas, especialmente para jóvenes agricultores y nuevos activos de entre 41 y 55 años. Estas ayudas incluyen financiación para la modernización de explotaciones y acceso a líneas de inversión para garantizar la viabilidad de los proyectos.
En este sentido, la Xunta prepara una nueva convocatoria de ayudas para la incorporación de jóvenes, priorizando aquellos que aún no cuenten con un plan de mejora aprobado, con el objetivo de que puedan desarrollar su proyecto en las mejores condiciones.
Movilización de tierras y mejora de infraestructuras
Otro de los ejes clave de esta política es la movilización de tierras agrarias. En Friol, se ha destacado la importancia de las permutas de especial interés agrario, un mecanismo ágil para reorganizar y aprovechar mejor la tierra disponible.
Además, la Xunta ha invertido casi 2 millones de euros en los últimos cuatro años en la mejora de la red de oficinas rurales de la provincia de Lugo, con reformas y modernización de instalaciones, incluyendo la oficina de Friol, que ha recibido una inversión superior a los 32.000 euros.
¿Será suficiente para frenar el abandono rural?
El Banco de Explotacións y las ayudas asociadas representan un paso importante en la lucha contra el abandono rural y la falta de relevo generacional. Sin embargo, su éxito dependerá de su capacidad para atraer a nuevos agricultores, garantizar condiciones económicas atractivas y resolver obstáculos administrativos que dificultan la cesión de explotaciones.
Con una red de oficinas rurales reforzada y un marco de ayudas ambicioso, Galicia se juega una carta clave en el futuro del sector agrario. La gran incógnita es si estas medidas lograrán revitalizar el campo gallego o si el abandono seguirá ganando terreno.
