El proyecto Enoturismo María Manuela, financiado con el programa Leader, ejemplifica como el turismo sostenible puede dinamizar la economía rural gallega.
Turismo, vino y naturaleza: una apuesta por el rural con futuro
El rural gallego encuentra nuevas vías de desarrollo gracias a proyectos que combinan tradición e innovación. Un ejemplo es el Enoturismo María Manuela, un complejo de nueve cabañas de madera en Boqueixón que no solo ofrece una experiencia única entre viñedos, sino que también se convirtió en un motor económico para la zona.
La iniciativa, impulsada por el Grupo de Desarrollo Rural Tierras de Compostela, contó con una financiación de más de 310.000 euros a través de la medida Leader, enmarcada en el Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Galicia 2014-2020. Gracias a este apoyo, el proyecto pudo construirse y ampliarse, generando empleo y dinamizando el tejido económico local.
Leader: el impulso para transformar el rural
El programa Leader, que apuesta por la estrategia de desarrollo local participativo, permitió aprobar en Galicia cerca de 1.500 proyectos, consolidar más de 3.200 empleos y crear otros 933. La clave del éxito de esta iniciativa reside en su capacidad para apoyar ideas innovadoras surgidas directamente de las comunidades locales, fomentando así un modelo de crecimiento sostenible y adaptado a las necesidades de cada territorio.
La continuidad de esta línea de financiación está garantizada hasta 2027, con un presupuesto de 56,9 millones de euros, gracias al nuevo convenio de la Agencia Gallega de Desarrollo Rural con los Grupos de Desarrollo Rural (GDR). Esta apuesta refleja una estrategia clara: aprovechar el potencial del rural para fijar población, crear oportunidades y fortalecer su identidad económica.
El turismo como herramienta de cambio
El éxito de proyectos como María Manuela demuestra que el turismo sostenible puede convertirse en una herramienta clave para la revitalización del rural. Su combinación de naturaleza, gastronomía y tradición vitivinícola responde a la demanda de un turismo experiencial y de calidad, capaz de atraer visitantes y, al mismo tiempo, generar riqueza para el entorno.
El reto ahora es consolidar este tipo de iniciativas, diversificar las oportunidades de empleo y garantizar que el crecimiento del sector beneficie directamente a las comunidades locales. El rural gallego no solo es un lugar para visitar, sino también un espacio con futuro para vivir y emprender.