- España refuerza su posición como potencia agroalimentaria mundial con la ENA, un plan estratégico que apuesta por la sostenibilidad y la competitividad del sector.
En un contexto global marcado por desafíos climáticos y geopolíticos, España cierra 2024 con cifras récord en el sector agroalimentario: exportaciones que superan los 75.000 millones de euros y un saldo comercial positivo cercano a los 20.000 millones. Este éxito no solo refuerza su posición como la cuarta potencia exportadora de alimentos en la UE y la séptima a nivel mundial, sino que también cimenta su liderazgo en productos clave como el aceite de oliva, el vino y la acuicultura.
Frente a estos logros, el Gobierno ha presentado la Estrategia Nacional de Alimentación (ENA), un ambicioso marco de acción que busca garantizar la seguridad alimentaria, consolidar el liderazgo internacional de España y afrontar los retos del futuro desde la sostenibilidad y la innovación.
Un sector estratégico en un mundo cambiante
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, llevó este plan al Consejo de Ministros como respuesta a la necesidad de adaptar el modelo agroalimentario español a los nuevos retos. Desde las tensiones comerciales derivadas de conflictos como la guerra en Ucrania hasta las consecuencias del cambio climático, la ENA pretende ser la herramienta clave para fortalecer la producción nacional, proteger el medio rural y mantener los precios asequibles para la población.
El documento, elaborado tras un amplio proceso participativo con agentes del sector, traza seis desafíos prioritarios: garantizar el abastecimiento estratégico, promover sistemas alimentarios sostenibles, fortalecer las áreas rurales y costeras, fomentar una alimentación saludable, impulsar la innovación tecnológica y mejorar la información al consumidor.
Liderazgo en Europa y en el mundo
Con este enfoque, España busca también adelantarse en el debate europeo sobre políticas agroalimentarias, que se intensificará con la nueva legislatura de la Comisión Europea en 2025. La ENA apuesta por un modelo de producción y comercialización sostenible que combine competitividad internacional con respeto al medioambiente.
Los datos avalan este liderazgo: España no solo lidera la producción mundial de aceite de oliva y ocupa posiciones destacadas en vino y porcino, sino que también se consolida como referente europeo en acuicultura. Además, ha alcanzado en 2024 una renta agraria histórica de 37.759 millones de euros, reflejo de un aumento tanto en el valor como en el volumen de producción tras dos años difíciles por la sequía.
Innovación y futuro: los pilares de la ENA
La Estrategia Nacional de Alimentación también pone el foco en la innovación tecnológica y la digitalización como motores del cambio. Desde fomentar la bioeconomía y reducir el desperdicio alimentario hasta reforzar la formación en el medio rural y garantizar el relevo generacional, el plan busca transformar el sector para hacerlo más resiliente y competitivo.
El compromiso del Gobierno con esta transición no solo responde a los retos internos, sino también a la necesidad de influir en las decisiones globales sobre alimentación y sostenibilidad. Al apostar por una estrategia integradora y participativa, España reafirma su papel como actor decisivo en el futuro del sistema agroalimentario internacional.
La alimentación, como pilar de la economía y la sociedad, no solo asegura una dieta saludable para la población, sino que también es una pieza clave para la preservación del medioambiente y el desarrollo rural. Con la ENA, el Gobierno envía un mensaje claro: la competitividad no está reñida con la sostenibilidad.
Para más información sobre la Estrategia Nacional de Alimentación, consulta la página web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
