- Con un aumento histórico de fondos, el FIDA impulsa la resiliencia de pequeños agricultores para enfrentar el cambio climático y proteger la biodiversidad.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) ha anunciado un nuevo récord en inversión climática: más de 1.280 millones de dólares destinados a fortalecer la resiliencia de pequeños productores frente al cambio climático. Con el informe “Horizontes verdes: Un año de acción climática en favor de las personas, la resiliencia y la biodiversidad”, publicado hoy, el FIDA destaca cómo esta financiación ha superado sus propias metas, dedicando un 47% de su presupuesto a proyectos de apoyo a comunidades rurales, una cifra que sobrepasa ampliamente el objetivo del 40% establecido para el periodo 2022-2024.
“Los pequeños productores no solo cultivan la mitad de los alimentos del mundo, sino que son los guardianes de la biodiversidad y pilares de nuestras economías rurales”, declaró Álvaro Lario, presidente del FIDA. “Invertir en ellos es una prioridad urgente y, a la vez, una estrategia inteligente para asegurar la sostenibilidad alimentaria en tiempos de cambio climático.”
Esta apuesta del FIDA no solo es cuantitativa, sino también estratégica. Los proyectos financiados abarcan desde el desarrollo de huertos agroforestales en comunidades rurales de Brasil hasta el uso de tecnología satelital en Kirguistán para gestionar pastizales de forma sostenible. En Brasil, por ejemplo, el Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible en la Región Semiárida de Bahía ha beneficiado a 75,000 familias, promoviendo la agrobiodiversidad y prácticas sostenibles que regeneran la tierra y reducen los incendios de matorrales.
En África, región donde el cambio climático afecta profundamente a las economías rurales, el FIDA ha asignado más de 330 millones de dólares en iniciativas que ayudan a los pequeños productores a adaptarse a condiciones ambientales más extremas. Además, el FIDA ha incrementado el uso de tecnologías de teledetección en colaboración con la Agencia Espacial Europea, lo que permite a los agricultores anticipar patrones climáticos y ajustar sus prácticas de pastoreo para preservar la fertilidad del suelo.
Para el próximo ciclo de financiación (2025-2027), el FIDA se ha fijado el ambicioso objetivo de dedicar un 45% de sus recursos a proyectos climáticos, reforzando su compromiso con la sostenibilidad y la seguridad alimentaria global. La misión del FIDA no es solo enfrentar el cambio climático, sino también empoderar a los agricultores que, a pesar de cultivar bajo condiciones cada vez más difíciles, sostienen gran parte de la producción alimentaria en países en desarrollo y son esenciales para la nutrición y la reducción de la pobreza en el mundo.
Este apoyo financiero no solo representa una inversión en tecnología y sostenibilidad, sino que reafirma el papel crucial que desempeñan los pequeños agricultores en la lucha contra el cambio climático, permitiendo que comunidades rurales vulnerables se conviertan en protagonistas de un cambio positivo para el planeta y para el futuro de la seguridad alimentaria.