- La gestión del territorio rural en Galicia afronta una nueva fase de dinamización con medidas para frenar el abandono agrario y potenciar el uso eficiente de la tierra.
La Xunta y los agentes locales buscan revitalizar el campo gallego
El desarrollo rural gallego se encuentra en un punto clave. La Xunta de Galicia, en colaboración con administraciones locales y asociaciones del sector, está articulando estrategias para hacer frente a desafíos como el despoblamiento, la recuperación de tierras agrícolas y la sostenibilidad del sector primario. Dos reuniones recientes, una con el Concello de Boqueixón y otra con la Asociación Agraria de Galicia (Asaga), han puesto sobre la mesa soluciones clave para dinamizar el rural.
En Boqueixón, la directora xeral da Axencia Galega de Desenvolvemento Rural, Paz Rodríguez, y el alcalde, Ovidio Rodeiro, abordaron el potencial del Banco de Terras, un mecanismo diseñado para evitar el abandono de tierras agrarias y facilitar su aprovechamiento agrícola, ganadero, forestal o ambiental. La medida busca fomentar la actividad económica en el campo, ofreciendo terrenos en desuso a personas o entidades interesadas en su explotación. Este modelo de gestión territorial se está consolidando como una herramienta esencial en la lucha contra la pérdida de actividad agraria.
Por otro lado, la reunión entre la Xunta y Asaga, representada por su presidente Francisco Bello, permitió evaluar la evolución de iniciativas clave como la Lei de recuperación da terra agraria y el Programa Leader. Este último, con un presupuesto de 56,9 millones de euros hasta 2027, está dirigido a fortalecer los Grupos de Desenvolvemento Rural y financiar proyectos que reactiven la economía local a través de ayudas específicas.
El reto de estas estrategias no es solo ofrecer soluciones puntuales, sino garantizar un modelo sostenible que revitalice el campo gallego a largo plazo. Para ello, la colaboración entre administraciones, asociaciones agrarias y productores será determinante en la configuración de un futuro donde el rural gallego no solo sobreviva, sino que prospere con nuevas oportunidades económicas y sociales.