- Una jornada en Ribadeo explora vías para revitalizar la Faba de Lourenzá, desde el cultivo sostenible hasta el emprendimiento y la innovación cooperativa.
La Faba de Lourenzá busca renacer con más valor añadido
Expertos y productores analizan en Ribadeo nuevas estrategias para mejorar la producción, certificar la calidad y abrir mercados a esta leguminosa con IXP.
Con un descenso de producción en los últimos años y un mercado cada vez más exigente, la Faba de Lourenzá, uno de los productos estrella del campo lucense, se enfrenta al reto de reinventarse sin perder su esencia. Para abordarlo, hoy se celebró en Ribadeo una jornada técnica centrada en la calidad, la innovación y la viabilidad del cultivo como oportunidad de negocio sostenible.
El seminario, celebrado en el Centro de Formación e Experimentación Agraria Pedro Murias, reunió a agricultores, cooperativas y expertos del sector agroalimentario para analizar de forma integral la situación del cultivo y explorar vías de mejora productiva y comercial. La iniciativa se enmarca en el programa 2025 de la Rede Eusumo, una red de impulso al cooperativismo y a la economía social, y fue organizada por la Axencia Galega da Calidade Alimentaria en colaboración con Agaca (Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias).
A lo largo de la jornada se pusieron sobre la mesa aspectos clave para el relanzamiento del cultivo, como la selección de semillas de alta calidad, la adaptación a las condiciones agroclimáticas óptimas o el impacto del cambio climático sobre las variedades tradicionales. También se trataron temas técnicos como la fertilización eficiente, el control de plagas o la sanidad vegetal en los ciclos de cultivo.
Pero la mirada no se quedó en la tierra: hubo espacio también para el emprendimiento cooperativo, con ejemplos de cómo la economía social puede convertirse en un motor de desarrollo rural, fijando población y creando empleo en torno a productos de alta calidad diferenciada como esta legumbre protegida por Indicación Xeográfica Protexida (IXP).
Uno de los bloques más destacados abordó las posibilidades de la certificación de calidad, clave para competir en mercados cada vez más especializados y para captar a un consumidor que valora lo local, lo trazable y lo sostenible. En este sentido, se insistió en la necesidad de unir fuerzas desde la producción hasta la comercialización, profesionalizar la cadena y apostar por formatos más competitivos y de mayor valor añadido.
La jornada, estructurada en ponencias técnicas y sesiones divulgativas, se enmarca en una estrategia más amplia de recuperación y promoción de la Faba de Lourenzá por parte de la Xunta de Galicia. Esta estrategia contempla desde ayudas económicas directas a los productores de la IXP hasta instrumentos financieros específicos para facilitar la campaña de sementeira. Todo ello con un objetivo claro: que el cultivo no solo sobreviva, sino que recupere protagonismo en el mapa agroalimentario gallego.
Convertir el Pedro Murias en un centro de referencia técnica para el cultivo de leguminosas es otra de las piezas del puzle. Además de las acciones formativas, se prevé que este espacio funcione como sede para campos de ensayo donde se experimenten nuevas técnicas y variedades adaptadas a los retos del cambio climático y a las demandas del consumidor.
La Faba de Lourenzá, símbolo de identidad rural y de excelencia agroalimentaria, se enfrenta a un punto de inflexión. Y lo hace con el respaldo de una comunidad técnica y productiva que quiere escribir una nueva etapa basada en la innovación, la calidad y el cooperativismo. Porque, como se repitió hoy en Ribadeo, el futuro del campo gallego también se siembra con legumbres.