- Regadío más eficiente y 16.600 ha movilizadas en A Limia: claves para sostener la agricultura y el futuro del rural en Ourense.
Regadío eficiente y tierras activas: la nueva cara de A Limia
En A Limia, el regadío y la recuperación de tierras están marcando el paso de un rural que no quiere quedarse atrás. La comarca, una de las zonas agrícolas más potentes de Galicia, suma casi 15 millones de euros invertidos en modernizar su sistema de regadío y más de 16.600 hectáreas movilizadas, según los últimos datos conocidos tras una reunión técnica entre representantes municipales y la Consellería de Medio Rural.
Este impulso no solo responde a una estrategia de modernización agraria, sino que tiene un objetivo de fondo: mantener viva una de las comarcas con más tradición agrícola de Galicia, haciendo frente a desafíos como el relevo generacional, la rentabilidad de las explotaciones y la lucha contra el abandono.
Regadío subterráneo: agua a presión para el campo limiao
Uno de los pilares del plan es el convenio entre la Xunta y la Comunidade de Regantes Nova Limia, que permitirá movilizar hasta 8 millones de euros hasta 2032. A esto se suman otros 7 millones aportados previamente para actuaciones concretas.
Entre las obras más relevantes están:
Sondaje y construcción de 42 pozos para captación de aguas subterráneas (4 millones €).
Instalación de sistemas de bombeo y electrificación (2,5 millones €).
Estas infraestructuras permiten un uso más racional del agua, menos dependiente de las lluvias y más adaptado a los cultivos intensivos que predominan en la zona, como el maíz forrajero y la patata.
El sistema es estratégico: mejor gestión del agua, más autonomía para los agricultores y menor impacto ambiental. En palabras recogidas en el encuentro, se trata de preparar a A Limia para resistir los efectos del cambio climático y asegurar su continuidad como despensa agrícola.
16.600 hectáreas activadas: más allá del regadío
La recuperación de tierras en A Limia avanza también por otra vía: la concentración parcelaria y el uso de instrumentos como los polígonos agroforestales, previstos en la Lei de Recuperación da Terra Agraria de Galicia.
Gracias a estas herramientas, ya se han movilizado más de 16.600 hectáreas entre los municipios de Xunqueira de Ambía, Porqueira, Baltar, Os Blancos, Sarreaus y Trasmiras. El objetivo es claro: pasar de fincas improductivas a superficies útiles para el trabajo agrícola o ganadero.
Esto no solo beneficia al agricultor individual. Supone una mejora colectiva en accesos, infraestructuras, ahorro de costes y ordenación del territorio.
Las canles, el siguiente reto: limpieza y mantenimiento
Durante el encuentro se puso también sobre la mesa la necesidad de actuar sobre las canles de regadío, tanto principales como secundarias. La documentación para estas actuaciones ya ha sido enviada al Ministerio de Agricultura, y los concellos reclaman agilidad para evitar pérdidas de agua y problemas de drenaje en épocas clave del año.
La limpieza y mantenimiento de las canles es una demanda recurrente en toda Galicia, pero en zonas de regadío intensivo como A Limia resulta vital para garantizar un uso eficiente del recurso hídrico y evitar inundaciones o encharcamientos.
El rural, en el centro: rentabilidad, vida y futuro
Más allá de la inversión, la clave está en el impacto real sobre el rural. Estos proyectos, si se gestionan con participación local y visión de largo plazo, pueden marcar la diferencia entre un campo que agoniza y otro que respira.
La mejora del regadío y la activación de tierras son factores que facilitan la incorporación de jóvenes, estabilizan explotaciones y dan valor añadido a la producción local. Pero también exigen acompañamiento: formación, asesoramiento técnico, ayudas adaptadas y una visión integral del territorio.
A Limia está dando pasos. Y si logra convertir el agua, la tierra y el conocimiento en un motor común, puede convertirse en referente para otros territorios agrarios de Galicia.