- La Xunta declara zonas vulnerables a nitratos en áreas ganaderas mientras autoriza a Altri a verter 255 kg de nitratos diarios al río Ulla.
La reciente declaración de Santiso y Melide como Zonas Vulnerables a Nitratos (ZVN) por parte de la Xunta de Galicia ha provocado indignación entre ganaderos y expertos medioambientales. La medida, que impone severas restricciones al uso de fertilizantes, contrasta con la reciente autorización ambiental concedida a la planta de celulosa de Altri, que verterá diariamente 255 kilogramos de nitratos al río Ulla, según la propia Declaración de Impacto Ambiental (DIA).
En una mesa redonda organizada por el colectivo Santiso Vivo, expertos y representantes del sector agrícola denunciaron la contradicción de estas políticas. Ana Fernández Santamariña, ingeniera de Montes y vocal de augas de ADEGA, criticó la falta de transparencia de la Xunta: “No sabemos si la zonificación responde a criterios técnicos o a otros intereses ajenos a la protección de las aguas”, señaló.
Xulio Fernández, coordinador comarcal del Sindicato Labrego Galego (SLG), subrayó que las analíticas más recientes (2020-2023) reflejan una reducción de los niveles de contaminación en Santiso y Melide, lo que debería excluirlos de las ZVN. “No se puede penalizar a las explotaciones ganaderas sostenibles mientras se permite a Altri contaminar el río con toneladas de residuos”, afirmó.
La planta de Altri, que se ubicará en Palas de Rei, producirá 400.000 toneladas anuales de celulosa y ha sido señalada por diversas organizaciones ecologistas como una amenaza ambiental. Según el Gobierno central, el proyecto ha experimentado cambios significativos, pasando de una fábrica de fibras textiles a una centrada en celulosa, lo que incrementa su potencial contaminante.
Además, desde el SLG alertan de que la declaración de ZVN podría estar vinculada al plan de la Xunta para implantar una red de plantas de biogás. Estas instalaciones, según el sindicato, traerán consigo “aumento de costes, molestias, contaminación y el tratamiento de residuos urbanos como lodos de depuradora”.
Mientras la Xunta destina 250 millones de euros a la macrocelulosa de Altri y 146 millones a plantas de biogás, solo ha aprobado 100 de las 700 solicitudes de planes de mejora para las explotaciones ganaderas, un sector clave para la economía rural gallega.
La contradicción es evidente: por un lado, se penaliza al sector agroganadero con restricciones estrictas; por otro, se facilita la implantación de un proyecto industrial que, según los propios informes oficiales, es responsable de una contaminación masiva en las aguas gallegas.