- Organizaciones rurales y ecologistas denuncian la falta de transparencia de la UE en proyectos mineros que amenazan zonas protegidas y comunidades rurales.
Proyectos mineros en Galicia: ¿transición ecológica o saqueo del rural?
Más de 200 organizaciones de toda Europa, entre ellas el Sindicato Labrego Galego, han alzado la voz contra la falta de transparencia de la Unión Europea respecto a los llamados “proyectos mineros estratégicos”. Bajo el pretexto de una transición energética urgente, estos planes aceleran la explotación de minerales críticos sin tener en cuenta los derechos de las comunidades rurales ni los impactos ambientales.
La trampa de los “minerales críticos”
La Comisión Europea ha declarado estratégicos una serie de proyectos extractivos en distintos países, otorgándoles beneficios como la tramitación rápida de permisos y prioridad en financiación. Estos privilegios, sin embargo, suponen un recorte drástico de la participación pública y un serio riesgo para el medio ambiente, ya que muchos yacimientos están en zonas protegidas, como la Red Natura 2000.
La declaración de “interés público superior” permite a estas explotaciones saltarse las normativas ambientales más estrictas, debilitando así la protección de la naturaleza y exponiendo al rural a una presión extractiva insostenible.
El caso gallego: Doade bajo amenaza
En Galicia, la sombra de la minería vuelve a cernirse sobre Doade, un proyecto que ya fue rechazado hace tres años por su impacto ambiental y social. Ahora, reeditado y declarado estratégico, podría llevarse a cabo a pesar de la oposición vecinal y de los informes negativos de organismos como el Instituto Geológico y Minero de España y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.
Estos informes advertían de la posible formación de aguas ácidas, la presencia de minerales radiactivos como el cesio o el rubidio, y la proximidad a núcleos de población y acuíferos. Todo ello sigue sin resolverse, pero la etiqueta de “estratégico” pretende allanar el camino para su ejecución.
Un modelo que agrava las desigualdades rurales
Lejos de representar una transición ecológica justa, estas políticas europeas sobre minerales críticos profundizan en las desigualdades sociales y territoriales. El campo gallego, ya castigado por la despoblación y la falta de apoyo estructural, se enfrenta ahora a un modelo extractivo que prioriza los intereses industriales sobre el bienestar de sus habitantes y su entorno.
El Sindicato Labrego Galego y otras organizaciones rurales advierten que estas decisiones pueden aumentar el rechazo hacia las políticas climáticas, al percibirse como una nueva forma de explotación y no como una solución real a la crisis ecológica.
Reclaman transparencia y participación real
230 organizaciones han exigido por carta al Parlamento Europeo acceso a la información pública sobre estos proyectos. La opacidad con la que se manejan estos planes vulnera el Convenio de Aarhus, que garantiza el derecho a la información y la participación en asuntos ambientales.
Piden, además, una revisión inmediata de todos los proyectos estratégicos para excluir aquellos con impactos negativos demostrados y que afecten a espacios naturales protegidos. Proponen una política minera que apueste por la reducción del consumo, el reciclaje de metales y una planificación responsable que respete el medio rural.
El rural gallego no es zona de sacrificio
Las comunidades rurales no pueden seguir siendo tratadas como territorios de sacrificio al servicio de grandes intereses económicos. La explotación minera en zonas como Doade, sin garantías ambientales ni sociales, es una amenaza directa a la vida en el rural.
Galicia necesita políticas que protejan su paisaje, su agua y su gente. No más promesas vacías de transición verde mientras se perfora su tierra sin escuchar a quienes la habitan. El futuro del rural debe construirse con la participación activa de sus vecinos, y no desde despachos lejanos que solo ven cifras y minerales donde hay historia, cultura y vida.