- Una bajada fluvial en Padrón reúne a miles de personas que claman contra la macrocelulosa de Altri y la mina de Touro por su impacto ambiental.
El Ulla baja con fuerza… y con protesta
Este domingo 4 de mayo, el río Ulla no fue solo agua: fue voz, fue rabia y fue resistencia. Más de doscientas embarcaciones –entre canoas, kayaks y balsas de rafting– descendieron el último tramo del río, desde la Ponte de Sinde hasta el campo da Ínsua, en Padrón. Pero esta vez no se trataba de deporte ni de ocio, sino de una contundente protesta fluvial contra dos proyectos que preocupan, y mucho, al mundo rural gallego: la macrocelulosa de Altri en Palas de Rei y la mina de Touro-O Pino.
Al final del recorrido, miles de personas esperaban en la ribera para recibir a los participantes y leer un manifiesto en el que se exigía, alto y claro, la cancelación definitiva de ambos proyectos.
(Declaraciones de las distintas PLataformas convocantes y bajada por el Ulla hasta Padrón)
¿Qué está en juego?
Los dos proyectos industriales afectarían de forma directa a la cuenca del Ulla, una arteria fluvial clave para el interior gallego y la ría de Arousa. La macrocelulosa, anunciada por Altri como un modelo “verde” de producción de fibras textiles, sigue levantando sospechas por su consumo de agua y el posible vertido de residuos químicos.
Por su parte, la mina de cobre proyectada en Touro y O Pino reabre heridas aún frescas por los episodios de contaminación del pasado, cuando las aguas ácidas y los metales pesados acabaron afectando ríos cercanos. La amenaza no es sólo ambiental: se trata de la calidad del agua potable, del equilibrio ecológico y de la viabilidad de las actividades agrícolas, ganaderas y marisqueiras de toda la zona.
El rural responde: sin agua no hay futuro
Desde ganaderos hasta mariscadoras, desde vecinos de A Ulloa hasta marineros de Arousa, la protesta ha unido a quienes entienden que el rural no puede seguir pagando el precio de un modelo industrial que ignora su realidad.
“El agua es vida, y aquí vivimos del agua. No podemos permitir que destruyan el río Ulla en nombre del beneficio privado”, explicaba un participante mientras sacaba su piragua del agua. La consigna más repetida durante la jornada fue clara: “Defendamos o noso río coa forza da auga.”
Apoyo social e institucional con matices
La protesta fue impulsada por plataformas ciudadanas como Ulloa Viva, PDRA, Mina Touro – O Pino Non, ADEGA, Greenpeace y Ecoloxistas en Acción, con la colaboración de los ayuntamientos de Padrón y Pontecesures.
El alcalde de Padrón, Anxo Arca, no dudó en sumarse a la movilización junto con la concejala Mariló Saco. Desde el consistorio recuerdan que ya se presentaron alegaciones ante la Xunta para defender la calidad del agua potable del municipio, en peligro si el proyecto de Altri sigue adelante. La estación potabilizadora del Lapido, que abastece a buena parte del entorno, depende del buen estado del Ulla.
Próxima cita: Pontevedra, 1 de junio
Las organizaciones convocantes ya han puesto fecha al próximo pulso ciudadano: será el 1 de junio a las 12:00 en Pontevedra, bajo el lema “Nin Ence na ría, nin Altri na Ulloa”. La marcha promete ser masiva y volverá a poner en el centro del debate el modelo de desarrollo que se impone en Galicia: ¿industria extractiva o sostenibilidad rural?
No es solo un río, es una forma de vida
Lo que se está defendiendo no es solo el cauce de un río, sino la dignidad de un territorio que lleva años soportando decisiones que no lo tienen en cuenta. Esta movilización fluvial es solo una muestra del hartazgo creciente en el rural gallego, un territorio que no se resigna a ser zona de sacrificio.