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lunes, marzo 17, 2025

Naturgy y Greenfiber: Disputa por el dominio del río Ulla

  • La energética Naturgy y la empresa Greenfiber, participada por Altri y Smarttia, se enfrentan por el uso prioritario del agua del río Ulla en Galicia, en el contexto del proyecto de una planta de celulosa en Palas de Rei.

En la selva empresarial gallega, donde la ley del más fuerte prevalece, dos titanes industriales, Naturgy y Greenfiber, se enzarzan en una batalla por el control de un recurso vital: el agua del río Ulla. Esta contienda surge a raíz del ambicioso proyecto de Greenfiber, que planea erigir una planta de celulosa soluble y lyocell en Palas de Rei, un movimiento que ha encendido las alarmas en Naturgy, titular de la concesión hidroeléctrica del río.

Naturgy defiende su territorio

Naturgy, con derechos históricos sobre el aprovechamiento hidroeléctrico del Ulla, ha presentado alegaciones firmes durante el proceso de información pública del proyecto de Greenfiber. La compañía energética sostiene que, según la Ley de Aguas, sus derechos de uso del agua son prioritarios, quedando solo por detrás del abastecimiento de población y el regadío agrícola. Dado que la planta de celulosa no se encuadra en estas categorías, Naturgy argumenta que su uso es preferente y que cualquier detracción de agua para la nueva instalación podría mermar la producción energética de sus centrales en Portodemouros, Brandariz y Touro. Además, la empresa no descarta exigir indemnizaciones por posibles afectaciones a su actividad. 

Greenfiber: una apuesta industrial controvertida

Por su parte, Greenfiber, respaldada por la portuguesa Altri y la española Smarttia (Greenalia), proyecta una planta que promete revolucionar la industria textil sostenible en Galicia. El denominado proyecto Gama aspira a producir celulosa soluble y fibras textiles ecológicas, generando empleo y dinamizando la economía local. Sin embargo, el plan ha suscitado una ola de oposición social y medioambiental. Más de 27.000 alegaciones han sido presentadas en contra, y manifestaciones multitudinarias han recorrido las calles de Santiago clamando “Altri non”. Los detractores temen que la planta pueda alterar el ecosistema del Ulla y afectar negativamente a la ría de Arousa. 

La Xunta en el ojo del huracán

La Xunta de Galicia, que ha mostrado su apoyo al proyecto de Greenfiber, se encuentra ahora en una posición delicada. Mientras impulsa iniciativas industriales para fomentar el desarrollo económico, debe equilibrar estas acciones con la preservación medioambiental y atender las preocupaciones de la ciudadanía. El presidente Alfonso Rueda ha llevado el proyecto a Bruselas, buscando respaldo europeo, pero la creciente oposición interna y las advertencias de Naturgy complican el panorama. 

Un desenlace incierto

La confrontación entre Naturgy y Greenfiber ejemplifica las complejidades de compatibilizar desarrollo industrial con sostenibilidad ambiental y respeto a los derechos adquiridos. Mientras Naturgy defiende su posición y advierte sobre posibles perjuicios a su producción energética, Greenfiber insiste en que su proyecto no alterará las condiciones del río Ulla. La resolución de este conflicto sentará un precedente en la gestión de recursos naturales compartidos y en la planificación industrial de Galicia.

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