- Galicia moviliza más de 9.500 hectáreas a través de 34 polígonos agroforestales, dinamizando tierras abandonadas y fortaleciendo la economía rural.
La revitalización del rural gallego toma impulso gracias a los polígonos agroforestales, un modelo que no solo recupera tierras abandonadas, sino que las transforma en espacios productivos y sostenibles. En este marco, la conselleira de Medio Rural, María José Gómez, destacó el papel estratégico de estas iniciativas durante su visita al polígono agroforestal de Sabadelle, en el municipio lucense de Chantada.
Este polígono moviliza 38,68 hectáreas distribuidas en 114 parcelas pertenecientes a 80 propietarios. Según Gómez, el uso del ganado extensivo en estas áreas no solo potencia la producción agroganadera, sino que cumple una función vital en la prevención de incendios y la conservación medioambiental.
Un modelo de futuro para el rural
Los polígonos agroforestales son el resultado de la Ley de recuperación de la tierra agraria, diseñada para revalorizar terrenos abandonados o infrautilizados con alto potencial productivo. En palabras de la conselleira, “estos instrumentos no solo garantizan la rentabilidad de las tierras, sino que fomentan la fijación de población y fortalecen el tejido económico y social del rural”.
El de Sabadelle, declarado de utilidad pública y en fase inicial de desarrollo, es uno de los seis polígonos ubicados en la provincia de Lugo, que en conjunto abarcan más de 290 hectáreas repartidas en mil parcelas de unos 500 propietarios. A nivel autonómico, Galicia cuenta con 34 polígonos que movilizan más de 9.500 hectáreas, gestionadas por casi 31.600 propietarios.
Ganadería extensiva: una apuesta estratégica
Uno de los pilares del éxito de estos polígonos es el uso del ganado extensivo, que combina eficiencia productiva con beneficios medioambientales. Esta práctica no solo reduce costes operativos, sino que también protege los montes al romper la continuidad del matorral, incrementando la biodiversidad y contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
El polígono de Sabadelle es un ejemplo de cómo la colaboración entre propietarios, administraciones y productores puede transformar terrenos olvidados en motores de desarrollo local. Además, proyectos como este refuerzan el compromiso de Galicia con un modelo rural sostenible que equilibra productividad, medio ambiente y calidad de vida.
Un impulso para toda la comunidad
La directora de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural, Paz Rodríguez, señaló que la clave del éxito de estos polígonos radica en su capacidad para generar sinergias entre el sector primario y el cuidado del territorio. Mientras tanto, el delegado territorial de la Xunta en Lugo, Javier Arias, subrayó la importancia de apoyar a los pequeños propietarios en la gestión de sus tierras.
Con esta apuesta, Galicia no solo mira al futuro del sector agroganadero, sino que consolida un modelo de desarrollo rural en el que economía y sostenibilidad van de la mano.