- El sector de la faba en A Mariña afronta pérdidas del 80% mientras demanda ayudas directas, cambios en la PAC y soluciones ante los efectos del cambio climático. La Xunta refuerza su respaldo con estudios y promoción, pero la incertidumbre persiste.
El sector de la faba de Lourenzá, un referente de calidad en Galicia, atraviesa una crisis sin precedentes. Las inusuales condiciones climáticas del último verano, marcadas por lluvias persistentes y temperaturas elevadas, han favorecido la propagación de enfermedades fúngicas, arrasando hasta un 80% de la producción. Esta situación ha encendido las alarmas entre los productores, que urgen respuestas inmediatas.
Desde el Sindicato Labrego Galego (SLG) han liderado la movilización del sector, logrando la adhesión unánime de los principales concellos de A Mariña—Barreiros, Trabada, Lourenzá, Ribadeo y Mondoñedo—para exigir a la Consellería do Medio Rural una reunión urgente que permita abordar soluciones reales. La falta de respuesta de la administración ha generado malestar y ha reforzado las peticiones de apoyo directo para evitar la desaparición de muchas explotaciones.
Dos caminos para un mismo problema
Mientras los productores insisten en la necesidad de ayudas inmediatas y cambios estructurales en la PAC, la Xunta ha anunciado su propio paquete de medidas para fortalecer el sector. El director de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria, Martín Alemparte, se ha reunido recientemente con el Consello Regulador de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Faba de Lourenzá para evaluar la situación y definir estrategias de promoción y mejora del producto en el mercado.
Entre las iniciativas previstas, destaca la puesta en marcha de estudios a través del Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo para analizar la eficacia de los tratamientos fitosanitarios actuales y explorar nuevas soluciones frente a los efectos del cambio climático en la faba de Lourenzá. Asimismo, se estudiará la viabilidad comercial de la faba esmagada, una variante no contemplada actualmente dentro de la IXP.
En el ámbito de la comercialización, la Xunta se compromete a reforzar la visibilidad de la faba de Lourenzá en los puntos de venta, asegurando que los consumidores puedan identificar su origen y diferenciarla de otras marcas en el mercado.
El dilema del sector: ¿basta con promoción o se necesitan soluciones inmediatas?
A pesar de los esfuerzos institucionales, el sector reclama medidas más concretas y urgentes. En la asamblea celebrada el 23 de diciembre en Lourenzá, los productores establecieron tres demandas clave:
- Ayudas directas inmediatas para compensar las pérdidas catastróficas sufridas en la última cosecha.
- Modificación de la PAC en la línea de “Axuda á produción sostible de proteínas de orixe vexetal”, asegurando un respaldo financiero acorde a las necesidades del sector.
- Creación de un grupo de trabajo especializado en analizar los efectos del cambio climático y la proliferación de nuevas enfermedades que amenazan la viabilidad del cultivo.
Antonio Villarino, coordinador del SLG en A Mariña, ha sido claro en sus declaraciones: “Es imprescindible que la Consellería deje de mirar hacia otro lado y atienda a la preocupación del sector. Si la administración no actúa de inmediato, muchos productores abandonarán el cultivo y con ello se perderá una parte fundamental de la identidad de A Mariña”.
El futuro de la faba de Lourenzá: entre la resistencia y la incertidumbre
Más allá de un problema coyuntural, lo que está en juego es la continuidad de una tradición agrícola que no solo es clave para la economía de A Mariña, sino que también forma parte de su identidad cultural. Con una producción que representa alrededor del 30% de la leguminosa cultivada en España, la faba de Lourenzá es un pilar en la dinamización de la zona y un ejemplo de producto de calidad diferenciada.
La respuesta de la administración será determinante en las próximas semanas. Mientras la Xunta refuerza su apuesta por la promoción y la investigación, los productores siguen esperando soluciones urgentes para evitar el colapso del sector. La faba de Lourenzá se encuentra en un punto de inflexión: o se toman medidas efectivas, o su futuro quedará seriamente comprometido.