- El declive de las explotaciones de vacuno en A Mariña, con una reducción del 53% desde 2002, se enmarca en una tendencia general de concentración y especialización que afecta a toda Galicia, donde las pequeñas granjas han cedido terreno a explotaciones más grandes y orientadas a la ganadería de carne.
El sector ganadero en A Mariña ha sufrido un cambio drástico en los últimos 20 años, reflejando una transformación que afecta no solo a esta región, sino a toda Galicia. Desde 2002, las explotaciones de vacuno en A Mariña han disminuido en un 53%, lo que significa que de las 2.960 granjas que existían en aquel entonces, hoy quedan menos de 1.400. Este fenómeno no es aislado, sino que forma parte de una tendencia general en Galicia, donde muchas pequeñas explotaciones han desaparecido, especialmente aquellas dedicadas a la producción lechera.
El número total de vacas en A Mariña también ha disminuido, pasando de 30.725 en 2002 a 23.927 en la actualidad, una reducción del 22%. Sin embargo, la concentración del ganado en menos manos ha llevado a un cambio en el modelo productivo. Si bien las pequeñas explotaciones han cerrado, las que permanecen han tendido a expandirse y profesionalizarse, con una mayor especialización en la ganadería de carne en lugar de la producción de leche. Este cambio refleja una adaptación a las nuevas realidades del mercado, donde la demanda de leche ha disminuido y las condiciones económicas para los pequeños productores son cada vez más difíciles.
Este fenómeno de concentración y especialización no es exclusivo de A Mariña. En toda Galicia, las pequeñas explotaciones de vacuno han ido desapareciendo, mientras que las más grandes han absorbido la mayor parte del ganado. Por ejemplo, en zonas como el interior de Lugo y en la provincia de Ourense, se ha observado una tendencia similar, con una caída significativa en el número de explotaciones, pero con una menor disminución en el número total de animales. Esta dinámica ha llevado a una reconfiguración del sector, donde la producción se concentra en menos explotaciones, pero de mayor tamaño.
Otro aspecto notable es el cambio en el tipo de producción. En A Mariña, el número de vacas lecheras ha caído drásticamente, de más de 19.000 en 2002 a menos de 8.000 en la actualidad. En contraste, el número de vacas destinadas a la producción de carne ha aumentado, reflejando una preferencia por un modelo de ganadería menos intensivo y más alineado con las condiciones naturales y las demandas del mercado actual. Este cambio se ha visto impulsado, en parte, por las políticas agrícolas de la Unión Europea, que han favorecido la ganadería extensiva y la producción de carne de calidad.
En términos de impacto económico, esta transformación ha tenido consecuencias mixtas. Por un lado, las explotaciones que han logrado adaptarse al nuevo modelo son más rentables y sostenibles. Por otro lado, la desaparición de pequeñas granjas ha contribuido a la despoblación rural y a la pérdida de empleo en el sector agropecuario. Esto es especialmente evidente en municipios como Trabada, Ourol, O Valadouro y Alfoz, donde ya hay más vacas que personas, una situación que subraya la gravedad de la despoblación rural en estas zonas.
A pesar de la disminución general en el número de explotaciones, el censo total de bovinos en A Mariña ha mostrado cierta estabilidad en las últimas décadas, con cifras actuales que rondan los 39.469 animales, similares a las de hace 20 años. Este hecho sugiere que, aunque el número de explotaciones ha disminuido, aquellas que siguen operando han logrado mantener o incluso aumentar su capacidad productiva.
En resumen, el sector ganadero en A Mariña, y en Galicia en general, está experimentando una profunda reestructuración. La reducción del número de explotaciones y la concentración del ganado en menos manos reflejan un cambio hacia una producción más eficiente y orientada al mercado, pero también ponen de relieve los desafíos de sostenibilidad y la necesidad de políticas que apoyen a las pequeñas explotaciones y fomenten el desarrollo rural.