- La aldea modelo de Meixide y los productos de cercanía dinamizan la economía rural de A Veiga con producción apícola, arándanos y gestión forestal sostenible.
Miel, arándanos y tierras vivas: A Veiga como modelo de economía rural basada en el producto local
En pleno corazón de la montaña ourensana, A Veiga se consolida como un ejemplo vivo de cómo el producto de proximidad puede transformar la economía local. Desde miel etiquetada con sello de calidad hasta arándanos procesados en origen y tierras agrupadas para el pastoreo, este concello del oriente gallego pone en práctica un modelo de desarrollo rural basado en el valor del territorio y en la gestión comunitaria del paisaje.
El impulso no llega solo desde las instituciones. Son los productores, asociaciones y centros de transformación quienes, con el apoyo técnico y económico adecuado, están dando vida a un ecosistema agroalimentario de alta montaña, con potencial tanto productivo como turístico.
Mel de Galicia y economía circular en la montaña
Uno de los puntos clave del recorrido fue el Centro de Extracción e Envasado de Mel, único en Galicia por su carácter comunitario y utilizado actualmente por una veintena de apicultores vinculados al programa Montañas de Trevinca. Este centro permite que los productores locales puedan procesar y envasar su miel bajo la Indicación Xeográfica Protexida Mel de Galicia, una garantía de calidad que facilita el acceso a nuevos mercados.
Además, A Veiga alberga un taller de elaboración de arándanos que complementa esta apuesta por la agroindustria de cercanía, añadiendo valor al producto sin salir del entorno rural. Ambas iniciativas muestran cómo la transformación en origen y la comercialización directa pueden generar empleo, fijar población y dinamizar territorios de montaña.
Meixide, una aldea modelo que ordena y da vida al territorio
Otro ejemplo significativo de esta estrategia territorial es la aldea modelo de Meixide, con 77 hectáreas repartidas en más de 640 parcelas de 150 propietarios. Este proyecto ha permitido no solo recuperar suelo agrícola y forestal abandonado, sino también activar una explotación de ganadería extensiva que combina pastos, coníferas y frondosas.
La inversión pública, superior a los 350.000 euros, ha sido clave para estructurar el territorio, fomentar el uso productivo del suelo y mejorar incluso el entorno urbano de la aldea, dotándola de nuevos servicios. Pero más allá de las cifras, el proyecto de Meixide muestra que la agrupación de fincas (modelo de concentración parcelaria voluntaria) es viable y efectiva si va acompañada de una visión a largo plazo y del compromiso de la comunidad local.
Silvicultura preventiva: el monte como recurso, no como amenaza
La colaboración entre el ayuntamiento y diferentes servicios técnicos también ha permitido avanzar en una gestión forestal más estratégica y preventiva. La defensa contra incendios en este entorno de alta montaña no se basa solo en cortafuegos y vigilancia, sino en activar el monte como recurso económico. Es decir: si el monte se utiliza, el monte se cuida.
El pastoreo en áreas abiertas, la diversificación de especies y la valorización de productos forestales (desde la leña al turismo activo) están en el centro de una nueva cultura forestal que busca reducir riesgos, generar empleo y conservar el paisaje.
A Veiga como laboratorio de desarrollo rural gallego
El caso de A Veiga encarna muchas de las claves del nuevo paradigma rural en Galicia: pequeña escala, proximidad, valor añadido, cooperación y paisaje multifuncional. Su experiencia demuestra que, con los incentivos y apoyos adecuados, es posible pasar del abandono a la activación, del minifundio improductivo a la explotación rentable, de la despoblación al arraigo.
Para los profesionales del sector agroganadero, forestal o de desarrollo local, este territorio se convierte en un laboratorio natural donde observar estrategias replicables en otros puntos de Galicia y del noroeste peninsular. El futuro del rural gallego puede tener muchas caras, pero el modelo de A Veiga sugiere que la vía del producto local, la innovación social y la ordenación del territorio es una de las más sólidas.