- Galicia avanza hacia una ganadería sostenible con certificación propia, evaluación de nitratos y nuevas estrategias para liderar en economía circular agroalimentaria.
Galicia traza su hoja de ruta hacia una ganadería verde, rentable y con sello propio
Pontevedra se convierte en nuevo escenario de trabajo para el modelo gallego de ganadería sostenible. En el marco de un proceso estratégico que abarca a todo el sector agroalimentario, representantes públicos y locales han intensificado el diálogo con los actores clave del territorio —ayuntamientos, cooperativas, industria y distribución— para diseñar un modelo ganadero que sea ambientalmente sostenible, socialmente aceptado y económicamente viable.
Estas reuniones, que continuarán durante marzo en distintas comarcas, tienen un doble objetivo: por un lado, preparar la futura declaración de zonas vulnerables a nitratos; por otro, establecer las bases de una certificación de ganadería gallega sostenible, recogida en la reciente Ley de calidad alimentaria de Galicia.
Nitratos y normativa europea: diagnóstico y soluciones
Las aguas subterráneas son un termómetro ecológico que cada vez preocupa más a nivel europeo. Por eso, Galicia está realizando una evaluación técnica de la concentración de nitratos en línea con el Real Decreto 47/2022, que responde a directrices de la UE para frenar la contaminación difusa procedente de fuentes agrarias.
El análisis afecta especialmente a zonas de alta intensidad ganadera, donde el uso de fertilizantes y purines debe ajustarse para evitar desequilibrios ambientales. Este proceso no es nuevo, pero sí más exigente: se requiere colaboración entre administraciones, productores y transformadores para adaptar el sistema productivo sin perder competitividad.
Sello gallego: una nueva marca para una nueva ganadería
Uno de los pasos más relevantes será la puesta en marcha de una certificación oficial para la ganadería sostenible gallega, una herramienta con la que se busca reforzar el valor añadido de los productos del sector primario. Este sello no solo servirá para diferenciar los productos en el mercado, sino que facilitará el acceso a financiación en mejores condiciones, impulsará la comercialización y proyectará una imagen moderna del agro gallego.
Este enfoque forma parte de una estrategia más amplia de economía circular, que persigue cerrar ciclos productivos, reducir emisiones, generar energía renovable a partir de residuos ganaderos y garantizar la sostenibilidad de suelos y aguas. Se trata de convertir la ganadería en aliada de la transición ecológica, sin renunciar a su papel esencial en el tejido económico y social rural.
Más allá del cumplimiento: Galicia como modelo europeo
Este proceso no se limita a cumplir con la normativa europea: Galicia aspira a liderar el cambio de paradigma en el sector agrogandeiro. Para ello, busca integrar innovación, tecnología limpia y prácticas responsables con el entorno, demostrando que sostenibilidad y rentabilidad no son conceptos opuestos, sino complementarios.
El éxito de esta transformación depende, en gran parte, del consenso con el territorio. Por eso, las reuniones como la celebrada en Pontevedra con los alcaldes de Ribadumia, Vilanova de Arousa, Meis y Cambados son clave: permiten ajustar las medidas a la realidad local y sumar voces al proceso.
Oportunidad para el sector primario gallego
En un contexto de exigencias ambientales, retos climáticos y cambios en la demanda de los consumidores, Galicia tiene la oportunidad de convertir su modelo ganadero en un caso de éxito europeo. Con una base sólida de profesionalización, cooperativismo y calidad, ahora el reto está en demostrar que se puede producir mejor, contaminar menos y vender más.
La futura certificación gallega, el diagnóstico de nitratos y la estrategia de economía circular configuran un camino que no solo protege el medioambiente, sino que fortalece la posición del productor y mejora la competitividad de todo el ecosistema agroalimentario.