- La propuesta de la UE de un “Fondo Único” amenaza la PAC y podría derivar en su renacionalización, fragmentando el mercado único y debilitando el apoyo al sector agrario.
España defiende la PAC ante el riesgo de renacionalización
Las organizaciones agrarias españolas han encendido las alarmas ante la propuesta de la Comisión Europea de reformar el Marco Financiero Plurianual (MFP) posterior a 2027. La iniciativa plantea la creación de un “Fondo Único” que otorgaría a cada Estado miembro un paquete global de fondos europeos, dejando en manos de cada gobierno su distribución entre distintos sectores. Esta reestructuración podría desviar recursos de la Política Agrícola Común (PAC), debilitando su impacto y fragmentando el mercado único europeo.
Ante este escenario, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reafirmado la posición de España en defensa de una PAC autónoma, argumentando que la distinción entre sus dos pilares —ayudas directas a los agricultores y medidas de desarrollo rural— es esencial para mantener la estabilidad del sector. Según Planas, esta independencia permite abordar de manera específica los desafíos del campo español, como el relevo generacional, la competitividad y la sostenibilidad.
El ministro ha subrayado que España ya ha integrado muchos de los retos planteados por la Comisión Europea en su Estrategia Nacional de Alimentación (ENA). Sin embargo, advierte que cualquier reforma del presupuesto comunitario debe garantizar que la PAC siga siendo un instrumento fuerte y con financiación suficiente para apoyar a los agricultores.
Tensión en el sector agrario
Las principales organizaciones del sector —ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias— han manifestado su preocupación por la posible renacionalización de la PAC. Temen que, al otorgar más margen de decisión a cada país, algunos gobiernos prioricen otros sectores, reduciendo las ayudas agrícolas y generando una competencia desigual entre los productores europeos.
Esta inquietud se suma al malestar existente en el campo. En los últimos meses, Europa ha sido escenario de protestas masivas de agricultores que denuncian el impacto de las normativas ambientales y la falta de rentabilidad de sus explotaciones. La incertidumbre sobre el futuro de la PAC añade más tensión a un sector ya golpeado por la volatilidad de los precios y la creciente presión regulatoria.
Redistribución de ayudas y desafíos futuros
En el contexto de la actual PAC (2023-2027), Planas ha defendido el modelo de redistribución de ayudas implementado en España. Destacó que la limitación de los pagos directos a grandes beneficiarios ha permitido reasignar 6,5 millones de euros a pequeñas y medianas explotaciones. Además, ha resaltado el incremento del 15 % en las ayudas para sectores vulnerables como la ganadería, así como el éxito del pago complementario a jóvenes agricultores, que ha duplicado su dotación en comparación con 2022.
El ministro también ha puesto en valor la acogida de los eco-regímenes, voluntarios pero incentivados económicamente, que han sido adoptados por el 77,5 % de los agricultores que reciben ayudas de la PAC. En su opinión, estas medidas reflejan el compromiso del sector con una agricultura moderna, sostenible y rentable.
El debate en Bruselas y la posición de España
La reforma del Marco Financiero Plurianual será un tema clave en las próximas discusiones del Consejo Europeo. España buscará alianzas con otros Estados miembros para evitar que la PAC pierda peso en el presupuesto de la UE. Para el Gobierno, el sector agroalimentario no solo es estratégico en términos de seguridad alimentaria, sino también un pilar clave para la autonomía económica de Europa.
El debate sigue abierto y marcará el rumbo de la agricultura europea en la próxima década. Mientras tanto, el sector agrario español mantiene la presión para garantizar que la PAC siga siendo una herramienta robusta que respalde a los agricultores y preserve la estabilidad del campo.