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domingo, julio 6, 2025

La PAC ignora la realidad del campo gallego

  • Unións Agrarias reclama una reforma urgente de la PAC: menos burocracia, eco-regímenes adaptados al minifundio y más apoyo a quien mantiene vivo el rural.

Un laberinto burocrático para el rural gallego

La Política Agraria Común (PAC) sigue sin encajar con la realidad del campo gallego. Así lo denuncia Unións Agrarias tras tramitar 4.250 solicitudes en la última campaña, una cifra que, lejos de ser celebrada, refleja el esfuerzo desmedido que exige a las explotaciones agrarias y ganaderas en una región caracterizada por el minifundismo y la fragmentación de la tierra.

Según la organización, estas solicitudes representan nada menos que 103.000 hectáreas, 29.000 fotos georreferenciadas y 315.000 parcelas individuales: unas 75 parcelas por explotación. Una carga desproporcionada para los productores, que deben enfrentarse cada año a una tramitación farragosa, plagada de requisitos y dependiente de una plataforma informática que colapsa con frecuencia.

Una PAC pensada desde despachos lejanos

La principal crítica de Unións Agrarias es que la PAC parece diseñada para grandes latifundios centroeuropeos, no para las explotaciones pequeñas y dispersas que caracterizan el paisaje agrícola gallego. Esa falta de adaptación hace que, en vez de impulsar el sector, esta política lo lastra, desviando tiempo y recursos hacia trámites que apenas aportan valor productivo ni ambiental.

Desde la organización reclaman una simplificación real y eficaz, que elimine exigencias irrelevantes y facilite el acceso a las ayudas, especialmente en un contexto de relevo generacional incierto y abandono creciente de tierras.

El eco-régimen de la discordia

Uno de los puntos más controvertidos de esta campaña ha sido el fracaso del eco-régimen de sega sostenible. Pensado para territorios como la cornisa cantábrica, apenas ha tenido acogida: solo 106 de las 3.750 solicitudes que incluyeron alguna medida agroambiental optaron por él.

En cambio, prácticas como el pastoreo extensivo o la rotación de cultivos siguen siendo las más implantadas, porque se adaptan mejor a las condiciones de explotación reales. Para Unións Agrarias, este dato refleja claramente el desajuste entre lo que se legisla en Bruselas o Madrid y lo que se vive sobre el terreno.

Propuestas concretas para un rural con futuro

Desde la primera organización agrogandeira de Galicia en solicitudes PAC tramitadas, exigen un nuevo eco-régimen que responda de verdad a las necesidades del territorio: que contribuya a fijar población, evite el abandono de explotaciones y reconozca la función ambiental que desempeñan miles de ganaderos y agricultores que cuidan del paisaje y de la biodiversidad día a día.

Unións defiende una PAC fuerte, con presupuesto suficiente y común para toda Europa, pero adaptada a las realidades locales. Porque no se trata solo de sostener al sector primario, sino de garantizar alimentos seguros, sostenibles y asequibles para toda la sociedad.

¿Y ahora qué?

Con la campaña cerrada y los datos sobre la mesa, la pelota está en el tejado de los responsables políticos. Desde el Ministerio de Agricultura hasta la Comisión Europea, pasando por la Consellería do Medio Rural, todos deben asumir su parte y revisar una PAC que, en Galicia, está más cerca de ser un obstáculo que un motor de desarrollo.

El futuro del rural gallego no puede seguir dependiendo de sistemas pensados para otros contextos. La tierra, la gente y las formas de vida de aquí merecen una política agraria que les mire de frente.

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