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sábado, abril 19, 2025

Las pequeñas granjas gallegas, en pie contra Lactalis, CAPSA y Lence

  • Las pequeñas granjas gallegas, en pie contra Lactalis, CAPSA y Lence
    La prima por cantidad impuesta por las grandes lácteas perjudica a más de 3.000 explotaciones familiares en Galicia.

Discriminación por volumen: el modelo industrial arrincona al rural gallego

El sector lácteo gallego, corazón de la producción lechera en el Estado, vive momentos de profunda preocupación. Una práctica comercial impuesta por las principales industrias transformadoras —Lactalis, CAPSA y Lence (Leche Río)— está generando un efecto devastador sobre cerca de la mitad de las granjas de leche de Galicia. La razón: la llamada “prima por cantidades”, un sistema de bonificación que margina económicamente a las pequeñas y medianas explotaciones, favoreciendo abiertamente a las grandes producciones de corte industrial.

El Sindicato Labrego Galego (SLG) ha lanzado una contundente campaña de visibilización para denunciar esta estrategia, que consideran “agresiva” y “estructuralmente discriminatoria”. A través de gráficos, redes sociales y posibles acciones informativas en supermercados y con organizaciones de consumidores, el SLG busca explicar el impacto real de estas políticas en la supervivencia del medio rural gallego.

¿Qué está pasando con el precio de la leche?

A pesar de que todas las granjas producen leche de calidad similar, los precios que perciben varían drásticamente en función del volumen total entregado a las industrias. En enero de 2025, según datos de la Consellería do Medio Rural, las explotaciones que producen menos de 100.000 litros al año recibieron un precio medio de 41,38 euros por cada 100 litros (sin IVA), mientras que aquellas con más de 700.000 litros ingresaron 47,98 €/100 l. Una diferencia de 6,6 céntimos por litro, sin justificación técnica ni objetiva.

Y eso es solo el principio. Con los contratos ofrecidos para el nuevo periodo —habitualmente de cuatro meses y con negociaciones abiertas desde junio—, esa diferencia puede alcanzar hasta los 12,10 céntimos por litro. Una pequeña explotación que produce 90.000 litros anuales podría dejar de ingresar más de 10.000 euros al año, una cantidad que muchas veces representa el salario completo de una familia ganadera.

Así funcionan las primas por cantidades

Cada industria aplica sus propios tramos de bonificación, siempre vinculados al volumen de leche entregado:

  • Lactalis: no ofrece ninguna prima a quienes entregan menos de 200.000 litros/año. A partir de ahí, bonifica con 5 céntimos/litro y hasta 5,5 céntimos/litro para volúmenes superiores a 275.000 litros.

  • CAPSA (Central Lechera Asturiana): inicia sus primas a partir de los 250.000 litros, y llega a pagar 5 céntimos/litro a quienes superan los 2 millones.

  • Lence (Leche Río): aplica bonificaciones desde los 240.000 litros, empezando por 1 céntimo/litro hasta alcanzar 4 céntimos/litro para quienes superan los 3,6 millones.

El resultado es un escenario de competencia profundamente desigual que penaliza a miles de pequeñas y medianas explotaciones familiares —el 48,6% de las granjas gallegas producen menos de 250.000 litros al año— y favorece la concentración de la producción en grandes núcleos de explotación intensiva.

Un modelo insostenible y contrario al interés general

“Non existe ningún motivo obxectivo para que as pequenas granxas cobren menos polo leite”, denuncia Ana Rodríguez, ganadera y economista especializada en políticas agrarias. “Ao contrario, deberían ser especialmente remuneradas polo seu papel no territorio: manteñen emprego local, coidan o medio ambiente e vertebran o rural”.

El modelo de granja familiar —diversificado, más sostenible y socialmente arraigado— es el que ha permitido durante décadas mantener viva la Galicia rural. Sin embargo, prácticas como la prima por cantidades están desmantelando este modelo, promoviendo un tipo de producción industrial que concentra animales en unos pocos concellos de la franja central gallega, con fuerte impacto ambiental y social.

Además, el SLG recuerda que incluso las explotaciones más grandes siguen cobrando precios por debajo de la media estatal y europea. La falta de un precio base justo, común para todas las granjas, agudiza aún más las diferencias entre territorios y debilita a Galicia en el mercado estatal.

Llamamiento a la responsabilidad social y comercial

Ante la negativa de Lactalis, CAPSA y Lence a modificar estas condiciones, el Sindicato Labrego Galego ha reiterado su exigencia de que cesen estas prácticas. Si no hay cambios, avanzarán con campañas de información directa en los puntos de venta, señalando públicamente a las industrias que perpetúan esta discriminación.

Su objetivo es claro: apelar a la conciencia de las personas consumidoras, explicar con datos lo que ocurre tras las etiquetas de los bricks y promover una alianza rural-urbana que permita salvar miles de explotaciones familiares en riesgo.

Conclusión: el futuro del rural gallego, en juego

En Galicia hay mucho más que leche. Hay personas, paisajes, biodiversidad, cultura y economía local. La batalla por precios justos no es solo una cuestión ganadera: es una defensa del territorio y de un modelo de vida.

Mientras las grandes industrias refuerzan sus beneficios, miles de pequeñas explotaciones se enfrentan a su posible desaparición. Y con ellas, todo un ecosistema social, económico y ambiental.

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