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viernes, mayo 16, 2025

Lidl retira un albariño tras denuncia por venta a pérdidas

Lidl retira un albariño tras denuncia por venta a pérdidas

Viticultores gallegos logran que Lidl retire una oferta de albariño Rías Baixas a 4,89€, denunciada como venta a pérdidas por Unións Agrarias.

Un Albariño D.O. Rías Baixas a 4,89€ desata la polémica

Una reciente promoción de vino Albariño D.O. Rías Baixas en supermercados Lidl encendió las alarmas en el sector vitivinícola gallego. La cadena alemana ofreció una botella de Albariño a 4,89 euros, un precio inusualmente bajo para un vino de esta denominación de origen. Detrás de la oferta estaba el Albariño “Salneval”, marca perteneciente a la bodega Condes de Albarei (Cambados) . Esta promoción, vigente durante la semana del 14 al 20 de abril a través de la app Lidl Plus , suponía un 16% de descuento sobre su precio ordinario (5,89 €), situando al Albariño muy por debajo del valor de mercado. El vino Albariño es uno de los productos emblemáticos de Galicia, reconocido por su calidad, por lo que ofrecerlo a menos de 5 € generó preocupación por posible venta a pérdidas, es decir, por debajo del coste de producción .

Protesta de Unións Agrarias en Santiago

La reacción del sector productor no se hizo esperar. El sindicato agrario Unións Agrarias (UUAA) organizó el 16 de abril una protesta en un supermercado Lidl de Santiago de Compostela, concretamente en el establecimiento de la rúa Volta do Castro . Varias decenas de viticultores y sindicalistas acudieron al local para denunciar públicamente lo que consideran una estrategia de venta a pérdidas que perjudica gravemente al vino gallego  . Equipados con chalecos identificativos, recorrieron los pasillos del supermercado señalando la oferta del Albariño rebajado como un “producto reclamo” inaceptable.

Sindicalistas de Unións Agrarias durante su protesta en el supermercado Lidl de Santiago de Compostela, denunciando la venta de vino gallego a bajo precio.

Según informó UUAA, vender a 4,89 € una botella de Albariño no alcanza para cubrir ni siquiera los gastos básicos. “Con ese prezo resulta claro que non se están a cubrir os custos de produción dos distintos elos da cadea… É imposible que este PVP respecte a lei”, denunciaba el sindicato en referencia a la prohibición legal de vender por debajo de coste . De acuerdo con sus cálculos, solo el valor de la uva necesaria para cada botella rondaría los 2,15–2,48 euros  , a lo que hay que sumar elaboración, embotellado, transporte, impuestos y margen comercial. Vender el vino a menos de 5 € implicaría, por tanto, una pérdida para alguno de los eslabones de la cadena de valor, presumiblemente el productor. Unións Agrarias subraya que con ese precio “solo se recupera el valor de la uva de forma mínima, dejando de lado los gastos” de todo el proceso . Por ello calificó la oferta de Lidl como venta a pérdidas encubierta y alertó del desequilibrio en el mercado que provoca el uso de un producto estrella de Galicia como reclamo comercial  .

La presión surtió efecto rápidamente. Los manifestantes comprobaron que las botellas de Albariño en cuestión ya habían sido retiradas de la venta por la propia empresa antes de que ellos procedieran a vaciar la estantería . Es decir, Lidl decidió retirar la oferta de su lineal tras la advertencia del sindicato agrario . Aun así, UUAA exigió públicamente la retirada inmediata de cualquier promoción similar en todos los establecimientos, insistiendo en que a ese precio el vino “no cubre los costes” de producción ni garantiza la sostenibilidad del sector . La protesta, de carácter pacífico, visibilizó el malestar del campo gallego ante prácticas comerciales que consideran abusivas.

Daño económico y simbólico para el medio rural gallego

Para los viticultores y bodegas gallegas, la venta de vinos con precios anormalmente bajos tiene un impacto muy negativo tanto en términos económicos como de imagen de marca. Unións Agrarias advirtió que este tipo de promociones agresivas “hacen un daño irreparable” al sector del vino gallego . Por un lado, presionan a la baja los precios en origen, reduciendo los márgenes ya de por sí estrechos con los que operan miles de pequeños productores. En la D.O. Rías Baixas, por ejemplo, se paga de media entre 1,80 y 2,50 € por kilo de uva Albariño , y se requieren alrededor de 1,3 a 1,5 kg de uva para producir una botella de 75 cl . Solo en uva, cada botella representa unos 2,15–2,48 € de coste . Si el precio final al público es de 4,89 €, queda un margen aproximado de 2 euros por botella para cubrir todos los demás costos (fermentación, mano de obra, embotellado, logística, distribución, comercialización e impuestos) y el beneficio de todos los involucrados  . Desde la perspectiva de los agricultores, resulta inviable que todos los eslabones de la cadena obtengan su parte sin incurrir en pérdidas  . En palabras de Félix Porto, responsable de Unións Agrarias, se estaría “banalizando” el trabajo de bodegueros y viticultores de Galicia , devaluando un producto de calidad reconocida. En definitiva, prácticas así “perjudican a los productores” y “devalúan la calidad y el prestigio del vino gallego”, según el sindicato .

Además del perjuicio económico, el aspecto simbólico y cultural no es menor. El Albariño Rías Baixas es uno de los vinos gallegos de mayor proyección internacional, buque insignia del medio rural y la gastronomía de Galicia. Verlo utilizado como artículo reclamo de bajo coste envía un mensaje erróneo al consumidor, asociando un vino de Denominación de Origen con precios de derribo más propios de excedentes o productos de menor calidad. Organizaciones agrarias y consejos reguladores temen que se desacredite la marca colectiva construida durante años alrededor de los vinos gallegos. Cabe recordar que muchas pequeñas explotaciones vitícolas en Galicia dependen de precios justos para subsistir; más de 5.000 familias de viticultores solo en Rías Baixas sustentan su economía en la uva Albariño  . Una depreciación continuada del valor del vino pondría en riesgo la viabilidad de las bodegas y del entorno rural, fomentando el abandono de viñedos y la despoblación en zonas vitícolas. El contexto ya es complicado de por sí: en campañas recientes se han conjugado cosechas históricas (sobreoferta) con descenso del consumo a nivel nacional e internacional, generando stock acumulado en denominaciones como Ribeira Sacra  y dificultades para colocar el vino tinto. Con estos antecedentes, la banalización del precio añade más presión a un sector que lucha por mantener la rentabilidad y el reconocimiento de sus caldos.

La respuesta de Lidl: “No violamos la ley”

Tras la polémica, Lidl España emitió un comunicado defendiendo su actuación. La compañía alemana niega haber incurrido en venta a pérdidas y asegura que su oferta del Albariño Salneval cumple con la legalidad vigente . En su nota, Lidl lamenta las acusaciones de la organización agraria y explica que su modelo de negocio le permite ofrecer precios competitivos sin perjudicar a los proveedores  . “Desde hace más de 30 años, Lidl mantiene el compromiso de ofrecer… los productos de mayor calidad al mejor precio”, señala la empresa, destacando que basa su estrategia en la optimización de costes, compras centralizadas, procesos eficientes y servicios simplificados . Los ahorros logrados se trasladan al precio de venta, permitiendo a la cadena ajustar márgenes. Lidl subraya que mantiene relaciones a largo plazo con sus proveedores, velando por la sostenibilidad de sus negocios  .

En el caso concreto del vino blanco D.O.P. Rías Baixas “Salneval”, la compañía “desmiente cualquier incumplimiento” de la Ley de la Cadena Alimentaria . Argumenta que ofrecer un Albariño a 4,89 € como promoción puntual no implica necesariamente que se esté pagando por debajo de coste al productor. Podría tratarse, por ejemplo, de una acción comercial asumida por Lidl en sus márgenes o acordada con la bodega dentro de una estrategia de volumen. La empresa no ha revelado detalles del acuerdo con la bodega Condes de Albarei, pero insiste en su apuesta por la viabilidad de todos los agentes de la cadena de suministro .

Cabe señalar que no es la primera vez que Lidl enfrenta críticas por parte de organizaciones agrarias gallegas. El propio comunicado de la cadena reconoce implícitamente que Unións Agrarias ya había cargado contra Lidl en otras ocasiones por la venta de productos agroalimentarios a precios muy bajos, como sucedió en el sector lácteo con la leche barata . En el ámbito vitivinícola, Lidl y otras grandes superficies han protagonizado polémicas similares en el pasado a nivel nacional. Un antecedente sonado fue en 2014, cuando la bodega riojana Marqués de Cáceres denunció a Lidl por una campaña de vinos con descuentos que, a su juicio, situaban sus reservas de Rioja por debajo del coste. Aquella denuncia llevó al Gobierno de La Rioja a abrir un expediente sancionador a Lidl por posible venta a pérdidas . Otras bodegas como Protos (Ribera del Duero) también expresaron malestar por la agresiva política de precios de la cadena en aquella ocasión . Esos casos evidenciaron las tensiones entre bodegas y distribución cuando se utilizan vinos de prestigio como gancho comercial.

Venta a pérdidas en el vino gallego: otros casos y actuaciones

La venta a pérdidas –ofertar un producto por debajo del precio al que fue comprado al proveedor– está prohibida en España para productos agrarios y alimentarios, salvo contadas excepciones. En Galicia, ya en 2015 la Xunta detectó casos de cadenas que usaban alimentos básicos como reclamo, vendiéndolos a un precio inferior al coste. Aquel año se abrieron cinco expedientes sancionadores por ventas a pérdidas en supermercados, uno de ellos relativo a vino, además de aceite, leche y carne . El uso de determinados alimentos emblemáticos como gancho de clientes ha sido reiteradamente denunciado por cooperativas y sindicatos agrarios, al distorsionar el mercado y menoscabar la remuneración de los productores . En el sector del vino gallego, junto al actual caso del Albariño de Lidl, ha habido otras inquietudes relacionadas con la banalización del producto. Por ejemplo, se han visto en el mercado vinos etiquetados como gallegos a precios ínfimos gracias a materia prima foránea –el caso del vino turbio “Os Portapazos”, elaborado en Galicia con uvas de Castilla y comercializado también por Lidl, generó controversia en 2018 al venderse por menos de 2 € la botella en hostelería  –. Aunque en ese escenario el problema era el fraude de origen más que el precio en sí, el efecto final también fue asociar el vino gallego con ofertas de bajo coste.

Hoy, con el Albariño Salneval a 4,89€, el sector vitivinícola gallego revive el fantasma de la venta a pérdidas. Unións Agrarias ya anunció que trasladará el caso a las autoridades competentes: presentará denuncia ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), organismo estatal encargado de vigilar el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, así como ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la propia Xunta de Galicia . Este movimiento busca que se investigue la promoción de Lidl y, si se confirma la infracción, se impongan las sanciones correspondientes. La AICA, dependiente del Ministerio de Agricultura, tiene potestad para analizar contratos y facturas y verificar si el precio pagado al proveedor cubre los costes de producción. De no ser así, la ley contempla importantes multas.

Por parte de la Xunta de Galicia, hasta el momento no se ha pronunciado oficialmente sobre este incidente concreto. No obstante, la postura del Gobierno gallego en defensa del campo ha sido firme en los últimos años. El conselleiro de Medio Rural, José González, llegó a pedir “valentía” al Gobierno central para prohibir la venta a pérdidas en el sector primario cuando se tramitaba la reforma de la Ley de la Cadena en 2021 . Galicia reclamaba entonces más herramientas para asegurar que “cualquier productor obtenga un precio que cubra los costes de producción más un margen razonable” . Asimismo, instó a reforzar los controles de la AICA para hacer cumplir la prohibición de vender por debajo de coste . Fruto de esas demandas y de las protestas agrarias a nivel estatal, la normativa se endureció y hoy prohíbe expresamente la venta a pérdidas en productos agroalimentarios, vino incluido. La consellería competente en Galicia colabora con la AICA y puede canalizar denuncias o realizar inspecciones en el marco de sus competencias de comercio y consumo. De hecho, el conselleiro González manifestó recientemente que no se puede consentir la venta a pérdidas porque genera “descompensación entre los eslabones de la cadena” alimentaria .

En este contexto, el caso del Albariño de Lidl se convierte en una prueba de fuego para la efectividad de la Ley de la Cadena Alimentaria en el sector vitivinícola. Los viticultores gallegos estarán pendientes de la actuación de AICA y de la Xunta en las próximas semanas. Más allá de esta promoción puntual –ya retirada tras el revuelo–, queda sobre la mesa el debate de fondo: cómo impedir que los grandes distribuidores utilicen productos del medio rural como señuelo comercial a costa de la rentabilidad del origen. El desenlace de este expediente podría sentar un precedente importante. Si se demuestra que hubo venta a pérdidas, supondría una sanción ejemplarizante y un respaldo a las demandas del sector productor. Por el contrario, si se concluye que Lidl actuó dentro de la legalidad, el foco volverá hacia los mecanismos de cálculo de costes y a la necesidad de mayor transparencia en la cadena de valor del vino. En cualquier caso, la controversia ha servido para visibilizar ante la opinión pública la importancia de pagar un precio justo por los productos del rural gallego, reconociendo el trabajo que hay detrás de cada botella de vino de calidad y garantizando el futuro de nuestras bodegas y viñedos.

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