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martes, marzo 19, 2024

Ramón Barcala
pionero de los microsilos

Una vez conocidas las motivaciones y el funcionamiento de los microsilos, quisimos analizar en detalle cómo se trabaja con ellos en las ganaderías. Para eso, nadie mejor que Ramón Barcala Rodríguez.
Este ganadero de Dobreixa, parroquia de Merza (Vila de Cruces, Pontevedra) fue el primero en hacerse con información sobre los microsilos y quien propuso a Cobideza probar el sistema. De hecho, él ya los había utilizado antes de que la cooperativa hiciese las primeras encargas.

¿De qué forma entró en contacto con el sistema de microsilos?

Necesitaba maíz, porque es casi imprescindible para producir leche. No fue una buena experiencia ir por mí mismo. Me di cuenta de que necesitaba una alternativa forrajera. No podía seguir dependiendo de que las empresas que hacen laboreo vinieran o no vinieran. Y de que la cosecha fuera más o menos buena. Total, que estuve buscando en Internet y encontré la posibilidad de tener maíz a un precio bastante ajustado y sin necesidad de cultivarlo. Primero compré en Salamanca, no fue mal. Pero luego busqué algo más cercano y me encontré con Candal, una empresa de Mesón do Vento (A Coruña), que daba un servicio similar. Para mi explotación es un buen recurso ya que el maíz, al final es algo que utilizas todo el año. En mi opinión, y por mi experiencia, lo primero que come la vaca es el maíz. Luego ya completará la ración en función de lo que le vayamos poniendo. Pero esa ración inicial es la clave.

 

¿Cómo utiliza los microsilos?

Yo echo mano de ellos todo el año. Uso la misma cantidad todos los días del año para completar la ración de las vacas, unos 11 kilos. Decía que es lo primero que les doy por la mañana porque, como vienen de estar rumiando toda la noche y de vaciar panza, no conviene que lo primero que coman sea concentrados.
Luego, después del maíz, ya comen un poco de pienso y pasan el resto del día o bien en el pasto o bien comiendo hierba a discreción en el establo.

Lo que hago es abrir el mirosilo por arriba y sacar el maíz en capachos. Doy un capacho por día a cada vaca, como digo, unos 11 kilos. Por el número de vacas que tengo, cada microsilo me dura unos cuatro días. Cuando lo acabo, subo otro con el tractor y lo coloco lo más cerca posible del comedero, para agilizar el trabajo de alimentar a los animales. Y cuando veo que se me van a acabar los microsilos, llamo a la cooperativa para que me traigan más.

Me refiero a que les doy 11 kilos porque es la cantidad media. Por supuesto, cuando la vaca está próxima al parto se le da menos cantidad y cuando está recién preñada un poco más. Pero 11 es la media.

 

¿Qué ahorro le supone esta técnica?

 

La diferencia entre sembrar, recoger y ensilar yo el maíz o traer los microsilos significa para mi explotación un ahorro anual del 30%. Aparte del tiempo de trabajo que puedo dedicar a otros aspectos de la explotación. Por otro lado, no hay que dedicarse a poner pastores eléctricos en las fincas ni descontar de la cosecha los daños que causa el jabalí.
Con el microsilo, cada céntimo que se dedica a maíz acaba en el estómago de la vaca.

Por otro lado, con este sistema vas a tener exactamente la cantidad de maíz que necesitas y que pagas. Porque es habitual en esta zona que se espere sacar 40 toneladas de cereal de una hectárea, pero luego viene un clima adverso o un ataque de jabalí y la cosa se queda en 20 toneladas. Con el microsilo, si invierto en 40 toneladas tengo 40 toneladas. Lo único que se pierde es el plástico.

También parece lógico pensar que, cuantos más seamos los usuarios de microsilos, más barata nos saldrá la compra del maíz. Por eso sería interesante que las explotaciones pequeñas y medianas se implicasen con este sistema. No olvidemos que la cooperativa gana dinero vendiendo los microsilos pero que sus márgenes siempre serán menores que los de un particular.
Y ese dinero que genera vendiéndonos los microsilos acaba siendo un beneficio para todos los socios.

 

¿Alguna otra ventaja?

Sobre todo, que el maíz en el microsilo no se calienta. En una trinchera, al irlo moviendo, sufre cambios de temperatura y de condiciones. Con este sistema se mantiene inalterable hasta que se abre y, una vez abierto, no hay tiempo para que se vea afectado de ninguna forma por el ambiente. Claro que puede venir un rulo defectuoso, pero también te puede caer una teja en la cabeza. Y hasta ahora nunca me falló ninguno.

Otra ventaja es que no dependes de si llueve o no para abrir el silo, como pasa con la trinchera.
Con los microsilos da igual que esté diluviando. Solo hay que cargar el rulo con el tractor y traerlo al establo. Y las vacas tienen el maíz al momento. Con la trinchera es habitual que los animales se queden sin la ración de cereal de la noche o de primera hora de la mañana porque el ganadero no abre el silo si está lloviendo fuerte.

 

¿Cómo los almacena?

Revista AFRIGA - Instalaciones de la cooperativa Cobideza - Microsilos de maíz

Lo que hago es colocarlos sobre palés de madera en una finca cerca del establo, a unos diez centímetros del suelo. Uso los palés por dos motivos: porque tengo un portapalés en el tractor y porque así evito que los ratones y topos los ataquen por debajo de la tierra. Aparte de que, al no estar en contacto con el suelo, no hay riesgo de que les entren humedades por abajo. Es verdad que la doble capa protectora que traen supone una protección suficiente. Pero nunca está de más tomar medidas de protección. Por lo que me dicen, también se pueden depositar directamente sobre suelos de cemento o de arena.

Si necesito un microsilo de forma urgente, puedo acercarme con el tractor hasta la cooperativa, que me lo pesen, pagarlo y traerlo yo mismo. Pero lo que hago generalmente es llamar para que me traigan un remolque de tractor cargado con 12 rulos. Al principio, cuando lo pedía a Mesón do Vento, me traían un camión cargado. Pero ahora es más cómodo que venga el tractor desde la sede de la cooperativa en Cercio (Lalín).

 

¿Y si se acaban?

Por ahora no hay ese problema. Somos aún muy pocos los que utilizamos microsilos. Algunos no saben que existe esta posibilidad y otros son reacios a probarlos porque no saben bien de qué se trata. También hay quien hace unos cálculos extraños y considera que 80 euros por rulo es muy caro. Pero creo que eso es porque no calculan con exactitud lo que les cuesta económicamente laborear la tierra, sembrar, recoger y almacenar el maíz.

También está claro que esto no es para explotaciones grandes, de más de 50 vacas en ordeño.
Porque en esos casos utilizan más de mil kilos de maíz al día y no sería viable. Pero de 25 vacas para abajo y con pastoreo o con modelo combinado esta es la alternativa más cómoda y más barata. Sobre todo, en esta zona en la que el maíz no se suele dar demasiado bien.

 

¿Influyen de alguna forma en la producción de leche y en los animales?

Desde luego. Hemos mejorado en calidad y cantidad. Yo antes no subía de 3,20 o 3,30 en grasa. Y en proteína no pasaba de 2,90. Ahora llego generalmente a 4,40 de grasa y hasta a 3,20 de proteína.

En cuanto a cantidad de leche, hice cálculos que indican que hemos subido de 2 a 3 litros diarios por vaca.

También hemos mejorado la fertilidad (probablemente por la reducción de micotoxinas que implican los microsilos). Los celos son mejores. Antes de usar esta alimentación estábamos en 3 inseminaciones por preñez y ahora hemos bajado a 1,5. Y en el caso de las novillas a 1.

Hasta se nota en el aspecto de los animales, mucho más lustroso, y en la energía que se les percibe. Yo probé con la remolacha ensilada en rulos, pero debo decir que no me dio el mismo resultado. Incluso la digestibilidad es mejor con este sistema. También probé un tiempo con esos complementos que combinan alfalfa y avena con otros forrajes, pero las mejoras en producción no se compensaban con el elevado coste que tenían. Digamos que gastaba 300 euros en forraje y generaba 200 en leche.

Además, debo decir que los microsilos han cambiado por completo mi forma de trabajar. Yo diría que en un 85%. Sobre todo, en aprovechamiento del tiempo. Antes, mientras estabas laboreando, sembrando, vigilando el crecimiento de las plantas, atento al jabalí y preocupado por el clima no hacías otra cosa. Ahora puedo usar ese tiempo a otros trabajos en la explotación, como cuadrar números o tener los prados limpios de “labazas” (las plantas que crecen entre el pasto de forma horizontal).

 

FICHA TÉCNICA DE LA EXPLOTACIÓN


 

LEE LA REVISTA AFRIGA #138

 

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