- La Xunta firma un nuevo convenio para limpiar biomasa en zonas próximas a casas rurales y prevenir incendios, con un presupuesto de 12,25 millones.
- Galicia refuerza la prevención de incendios cerca de núcleos rurales
Más inversión para limpiar el monte que rodea las casas
La gestión de la biomasa en las faixas secundarias —aquellas que rodean las viviendas rurales— vuelve a situarse en el centro de las políticas de prevención de incendios forestales en Galicia. La Xunta, la Fegamp (Federación Galega de Municipios e Provincias) y la empresa pública Seaga han renovado su compromiso con la firma de un nuevo convenio dotado con 12,25 millones de euros para el año 2025.
El objetivo sigue siendo el mismo: reducir al mínimo el riesgo de incendios en las zonas de contacto entre monte y viviendas, donde los fuegos suelen ser más destructivos y difíciles de contener. En la práctica, se trata de limpiar, revisar, actuar y coordinarse mejor para que la vegetación no se convierta en un enemigo a las puertas.
¿Qué incluye este nuevo convenio?
Este acuerdo permite a los ayuntamientos adherirse de forma voluntaria a un sistema público que refuerza la limpieza de parcelas cuando no se cumple con las obligaciones de gestión de biomasa. Las principales actuaciones previstas son:
Ejecutar limpiezas subsidiarias en parcelas privadas (hasta 10 hectáreas por concello y año).
Actuar en caminos municipales (hasta 12 kilómetros por concello y año).
Inspeccionar parcelas y comunicar incumplimientos mediante publicaciones oficiales (DOG y BOE).
Prestar asistencia técnica para la redacción o actualización de los planes municipales de prevención.
Formalizar contratos de gestión de biomasa entre propietarios y administración en parroquias priorizadas.
Todo este trabajo será coordinado por Seaga, la empresa pública encargada de movilizar recursos técnicos y humanos en cada municipio adherido.
Un modelo que ya se ha aplicado con éxito
El nuevo acuerdo da continuidad al plan iniciado en 2018, cuya última prórroga venció en 2024. Durante ese periodo, 288 ayuntamientos (el 92% de Galicia) se sumaron a esta fórmula de cooperación, lo que permitió actuar en más de 2,3 millones de parcelas, cubriendo 171.389 hectáreas de superficie forestal.
Este modelo ha demostrado ser eficaz no solo para reducir el riesgo de incendios, sino también para dar respuesta a muchos propietarios rurales que no tienen medios ni capacidad técnica para cumplir con las exigencias legales de limpieza.
¿Por qué es clave para el medio rural?
En Galicia, muchas viviendas están situadas en entornos dispersos, rodeadas de monte, y con frecuencia en zonas abandonadas o de difícil acceso. En estos lugares, el abandono de fincas, la acumulación de matorral y la falta de relevo generacional agravan el riesgo de incendios.
El convenio no solo actúa como medida de prevención forestal, sino también como una herramienta de ordenación rural y protección del patrimonio habitado, muy necesaria en una comunidad donde la población envejece y el abandono de tierras avanza.
Además, el trabajo conjunto entre administración autonómica, ayuntamientos y Seaga alivia la presión sobre los servicios municipales y permite que las tareas lleguen a más puntos del territorio, incluso a aquellos con menos recursos.
Cooperación, prevención y compromiso social
Más allá de la inversión, la conselleira do Medio Rural, María José Gómez, destacó el valor de la colaboración entre administraciones como eje clave para que este tipo de medidas sean efectivas. También agradeció el esfuerzo de los equipos de extinción y de todos los que forman parte del dispositivo de lucha contra incendios en Galicia.
La prevención no se limita a los meses de verano: empieza en invierno, con una desbrozadora, una cuadrilla y una parcela limpia. Por eso, desde el rural, muchos ven en este convenio no solo una inversión pública, sino una necesidad urgente para proteger vidas, viviendas y montes.
Prevenir antes que lamentar
El nuevo convenio para la gestión de biomasa en las franjas cercanas a viviendas refuerza un enfoque que el medio rural conoce bien: mejor limpiar hoy que apagar mañana.
En un contexto de cambio climático, abandono de tierras y riesgo creciente de incendios, medidas como esta son una herramienta clave para hacer del monte gallego un espacio más seguro y habitable, especialmente allí donde la vida rural resiste entre fragas, caminos y casas dispersas.