- La situación demanda una respuesta rápida y eficaz para proteger a los ganaderos y asegurar la viabilidad de sus explotaciones.
José Luis Vaqueiro, un ganadero de Avión, Ourense, ha vivido una pesadilla silenciosa desde diciembre pasado. En su extensa explotación de más de 1.500 hectáreas en los montes comunales de Abelenda y Caseiro, han desaparecido 17 reses de manera paulatina, y lo que inicialmente parecía ser una simple pérdida ocasional de ganado, ha revelado una preocupante realidad: los robos de ganado en la zona se han vuelto sistemáticos.
Una desaparición silenciosa
Al principio, Vaqueiro no sospechó de robos. Con una explotación tan amplia, la pérdida de un animal de vez en cuando no parecía alarmante. “Pensaba que una vaca se había movido a otra parte del monte o que un becerro se había separado del grupo”, comenta. Sin embargo, la acumulación de estas desapariciones encendió las alarmas. Cuando llegó el momento de reunir el ganado para las inspecciones sanitarias de verano, la magnitud de las pérdidas se hizo evidente.
El ganado que ha desaparecido no es cualquier tipo de animal; se trata principalmente de novillas jóvenes y vacas de entre 24 y 36 meses, junto con dos toros, uno de ellos con ocho años de edad. Ante la reiteración de estos hechos, Vaqueiro comenzó a recorrer su propiedad en busca de explicaciones.
Un problema compartido
Al investigar más a fondo, Vaqueiro descubrió que no era el único afectado. Otro ganadero de la zona también reportó la desaparición de varias novillas. Esto, junto con las señales de daño en las cercas y huellas de vehículos y caballos con herraduras que no pertenecían a la explotación, reforzaron la idea de que estos robos no eran incidentes aislados, sino el resultado de un grupo organizado.
“La situación es insostenible”, comenta Vaqueiro, quien ha tenido que reparar las vallas de su explotación en numerosas ocasiones. Los ladrones parecen saber exactamente cuándo y cómo actuar, aprovechando las horas en las que el ganado está sin vigilancia para arrinconar a los animales y forzar su salida a través de las mallas dañadas.
Estrés en el ganado y pérdidas económicas
Las consecuencias de estos robos van más allá de la pérdida directa de los animales. El ganado restante ha comenzado a mostrar signos evidentes de estrés. Vacas que antes se acercaban confiadas a Vaqueiro ahora huyen al ver su vehículo. Esta reacción es una prueba más del impacto negativo que estos eventos tienen en la salud y el bienestar de los animales.
(Video explicativo)
Además, el costo económico para los ganaderos afectados es significativo. No solo pierden animales valiosos, muchos de ellos de raza rubia gallega y cruces con cachenas y asturianas, sino que también deben afrontar los gastos de reparación de los daños causados en las instalaciones. Vaqueiro lamenta que, además de las pérdidas directas, tenga que invertir tiempo y dinero en mantener las cercas en condiciones, lo que supone un doble golpe para su economía.
Una llamada a la acción
Con la sospecha de que los robos son perpetrados por un grupo organizado, Vaqueiro ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil, aunque hasta ahora, no se han producido avances significativos. La necesidad de mayor vigilancia y protección es urgente para evitar que estas prácticas se sigan extendiendo y afectando a más ganaderos en la región.
El caso de Vaqueiro es un reflejo de una problemática más amplia que afecta a muchos otros ganaderos en zonas rurales de Galicia y de toda España. La ganadería extensiva, que ya enfrenta desafíos por la presión de los depredadores y las fluctuaciones del mercado, ahora debe hacer frente a esta nueva amenaza.
La situación demanda una respuesta rápida y eficaz por parte de las autoridades para proteger a los ganaderos y asegurar la viabilidad de sus explotaciones. De lo contrario, los efectos económicos y sociales en las comunidades rurales podrían ser devastadores, poniendo en riesgo no solo la subsistencia de estos profesionales, sino también el tejido económico y social que sustenta a muchas áreas rurales del país.
(Fuente y material LVG)