- La optimización de los ecorregímenes en Galicia es fundamental para promover prácticas agrícolas sostenibles y adaptadas a las necesidades regionales.
El panorama agrícola gallego se encuentra en un momento crucial de evaluación y ajuste frente a los retos planteados por la Política Agraria Común (PAC). En este contexto, el informe presentado por el Fondo Galego de Garantía Agraria (FOGGA) revela importantes consideraciones y propuestas para mejorar la aplicación de los ecorregímenes en la región. Estas medidas no solo buscan hacer frente a las dificultades actuales, sino también promover prácticas más sostenibles y adaptadas a las particularidades del sector agrícola gallego.
El análisis del FOGGA destaca que los ecorregímenes, aunque concebidos como un incentivo adicional para prácticas medioambientales, han enfrentado obstáculos significativos en su implementación en Galicia. Tan solo el 67 % de las solicitudes de ayuda han incluido alguna de estas prácticas, evidenciando la necesidad de revisar y adaptar estas medidas a la realidad gallega.
Uno de los principales desafíos identificados radica en la baja atracción de los ecorregímenes para los agricultores y ganaderos gallegos. El diseño actual de estas ayudas se percibe como poco atractivo, con importes bajos por hectárea y una gestión compleja. Esto ha llevado a que solo tres de los ecorregímenes sean viables en las explotaciones gallegas, según el informe del FOGGA.
En respuesta a esta situación, el FOGGA propone una serie de ajustes y nuevas medidas que buscan hacer que los ecorregímenes sean más relevantes y accesibles para el sector agrícola gallego. Entre estas propuestas se encuentran la flexibilización de las prácticas de pastoreo extensivo, la consideración de las islas de biodiversidad naturales en los límites de las fincas y la promoción de cultivos tradicionales de bajo insumo, como el grelo, y de cultivos sostenibles como la patata y los hortícolas.
Asimismo, el informe del FOGGA aborda la necesidad de adaptar las prácticas existentes a las particularidades del contexto gallego. Se propone, por ejemplo, flexibilizar las fechas de siega sostenible para permitir cortes en los meses de julio y agosto, coincidiendo con el período óptimo de forraje en la región. Además, se sugiere eliminar la obligación de incluir un porcentaje específico de leguminosas en la rotación con especies mejorantes, brindando más flexibilidad a los agricultores.
En cuanto a las nuevas prácticas propuestas, el FOGGA destaca la importancia de incentivar el pastoreo de vacuno, ovino, caprino y equino en zonas con elevado riesgo forestal, así como el pago por hectárea para las explotaciones de vacuno de leche que produzcan al menos el 80 % del forraje necesario para sus animales. Estas medidas no solo contribuirían al manejo del paisaje y la prevención de incendios forestales, sino que también promoverían la autosuficiencia y la sostenibilidad en la producción ganadera.
En resumen, el informe del FOGGA ofrece una visión detallada de los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector agrícola gallego en el contexto de la PAC. Las propuestas presentadas buscan no solo mejorar la implementación de los ecorregímenes en Galicia, sino también promover prácticas agrícolas más sostenibles y adaptadas a las necesidades y realidades de la región. Con estas medidas, se espera fortalecer el sector agrario gallego y contribuir al desarrollo económico y ambiental de la comunidad.
