- La Guardia Civil investiga a tres hombres por talas sin permiso en Oleiros. Incautadas varias toneladas de madera sustraída ilegalmente.
Una tala encubierta que activó las alarmas vecinales
La sospecha surgió entre los propios dueños del monte. Cuatro vecinos de Oleiros fueron notificados por el Concello de que sus parcelas forestales habían sido taladas recientemente. La sorpresa no fue solo el aviso institucional, sino que ninguno de ellos había autorizado ni contratado trabajo alguno en sus fincas. La madera había desaparecido y nadie sabía a dónde había ido.
Fue entonces cuando la Guardia Civil comenzó una investigación que ha sacado a la luz una red organizada de supuesta actividad ilegal relacionada con la tala y comercialización de madera en el entorno rural.
Tres investigados por hurto, estafa y falsedad documental
Según ha podido confirmar la Benemérita, los tres varones investigados —dos con domicilio en Cedeira y uno en el propio municipio de Oleiros— operaban bajo la apariencia de una empresa forestal legal. Sin embargo, se les imputa la comisión de múltiples delitos: hurto, daños a propiedades, estafa y falsificación documental.
Las pesquisas permitieron localizar e incautar varias toneladas de madera, presuntamente obtenida de forma ilícita. Todo apunta a que se habrían aprovechado de una apariencia profesional para cometer talas no autorizadas en montes ajenos, sin notificación alguna a los propietarios.
Impacto para el medio rural: más allá del robo
Los hurtos de madera no solo implican una pérdida económica directa para los propietarios. También generan un impacto ambiental, rompen la planificación silvícola de las fincas, y comprometen la sostenibilidad de explotaciones que en muchos casos forman parte del sustento familiar en zonas
Además, la falta de trazabilidad en el origen de la madera daña a todo el sector forestal gallego, que trata de cumplir rigurosamente con los planes de ordenación, la certificación y las normativas autonómicas.
Un sector vigilado, pero aún vulnerable
El caso de Oleiros pone en evidencia que, a pesar del control existente sobre el transporte de madera y las talas, sigue habiendo grietas por las que pueden colarse prácticas fraudulentas. La Xunta de Galicia, responsable de autorizar aprovechamientos forestales, ha intensificado en los últimos años la digitalización del Rexistro Galego de Explotacións Forestais, pero casos como este muestran que aún hay margen de mejora en la vigilancia efectiva sobre el terreno.
Necesidad de coordinación y denuncia
Este episodio subraya la importancia de que los propietarios mantengan una vigilancia activa de sus terrenos, comuniquen cualquier sospecha a las autoridades y consulten los registros públicos cuando se detecten trabajos forestales no autorizados. La colaboración entre administración, propietarios y fuerzas de seguridad es clave para proteger un recurso tan valioso como la madera gallega y garantizar un aprovechamiento justo, legal y sostenible.
La investigación continúa bajo supervisión judicial. Mientras tanto, el rural gallego vuelve a poner el foco en una amenaza silenciosa que compromete tanto su economía como su entorno.