6.7 C
Galicia
domingo, febrero 16, 2025

Una ganadera de A Pastoriza sufre otro ataque de lobos, perdiendo siete terneros

  • Los ganaderos en Galicia siguen padeciendo pérdidas económicas significativas debido a los ataques del lobo, mientras las ayudas disponibles no cubren los costos de las bajas en sus rebaños.

El último ataque de lobos registrado en A Pastoriza, donde la ganadera María Calaza perdió siete terneros, subraya una problemática que afecta cada vez más al sector agroganadero en Galicia. Este ataque no es un hecho aislado. En los últimos dos años, Calaza ha sufrido la pérdida de 35 terneros debido a ataques de lobos, lo que la ha dejado en una situación de desprotección e impotencia. “Es una sensación de indefensión total, porque no podemos hacer nada”, señala la ganadera, quien ya ha intentado diversas medidas preventivas, como el uso de mastines, aunque estos solo protegen a las vacas adultas, pero no han sido suficientes para evitar la tragedia en su rebaño.

El problema, que afecta a muchos ganaderos en Galicia, está ligado a la creciente presencia del lobo, una especie que desde 2021 está protegida por el gobierno central, lo que prohíbe su caza bajo cualquier circunstancia. Esta decisión, que ha sido aplaudida por grupos ecologistas, también ha desatado críticas por parte del sector ganadero, que considera que sus necesidades no han sido adecuadamente atendidas. Aunque se reconoce la importancia de preservar la biodiversidad, los ganaderos denuncian que la falta de control sobre la población de lobos está provocando un daño irreparable en sus explotaciones  .

El conflicto radica no solo en la frecuencia de los ataques, sino también en la insuficiencia de las ayudas ofrecidas por las administraciones públicas. Tras cada ataque, los ganaderos tienen la posibilidad de solicitar subvenciones para cubrir parte de las pérdidas. Sin embargo, según denuncian, estas ayudas no cubren los costos reales. En el caso de María Calaza, el gasto que implica la pérdida de un ternero joven no se limita al valor del animal, sino que también afecta a la rentabilidad de la explotación en su conjunto. Las bajas continuas afectan la producción futura, incrementan los costos de operación y, en casos extremos, ponen en riesgo la viabilidad de la granja .

A nivel regional, Galicia alberga más de 90 manadas de lobos, una cifra significativa que evidencia la necesidad de buscar un equilibrio entre la protección de la fauna silvestre y los intereses de los ganaderos. La Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Medio Ambiente, ha reclamado al Gobierno central la asignación de fondos para apoyar a los ganaderos que sufren estos ataques. Ángeles Vázquez, conselleira de Medio Ambiente, ha solicitado 12 millones de euros para implementar medidas preventivas y compensar las pérdidas sufridas, destacando que la ganadería es un pilar fundamental para las zonas rurales, y la falta de apoyo pone en riesgo su futuro .

Las soluciones a esta situación no son fáciles. Mientras se promueven estrategias como la instalación de cercas y el uso de perros protectores, muchos ganaderos argumentan que estas medidas no son suficientes para proteger rebaños enteros en zonas de pastoreo. La prohibición de las batidas controladas de lobos agrava aún más el problema. María Calaza, al igual que muchos otros ganaderos, se enfrenta a un dilema: continuar con una actividad económica que es esencial para su comunidad, pero que cada vez es más insostenible, o abandonar la cría de ganado.

La ganadería en Galicia no solo representa una actividad económica, sino que es parte del tejido social y cultural de las zonas rurales. Si los ataques continúan y no se ofrece un apoyo adecuado, el riesgo de que muchas explotaciones cierren es cada vez mayor. La pregunta que muchos se hacen es si es posible encontrar una solución que permita la convivencia entre el lobo, como especie protegida, y la ganadería, sin poner en peligro los medios de vida de cientos de familias .

Artículos relacionados

- Advertisement -spot_img

ÚLTIMOS ARTÍCULOS