- La DO Valdeorras amplía su oferta con vinos rosados y adapta sus parámetros para afrontar los retos del cambio climático y las demandas del mercado.
La Denominación de Origen Valdeorras, referente en la producción de vinos blancos y tintos en Galicia, abre un nuevo capítulo en su historia al incluir los vinos rosados bajo su sello de calidad. Esta novedad, recogida en la resolución publicada hoy en el Diario Oficial de Galicia (DOG), marca un paso hacia la diversificación en un mercado que exige innovación y adaptación.
El cambio no se limita a la incorporación de los rosados. En respuesta al impacto del cambio climático, que ya deja huella en los viñedos de la región, se han ajustado parámetros clave en la producción. Por ejemplo, se reduce el límite de acidez total en los tintos y se amplía el máximo permitido de sulfurosos en blancos, espumosos y tostados. Estas medidas buscan garantizar que los vinos reflejen la calidad esperada en un contexto de uvas con mayor graduación alcohólica, una tendencia cada vez más evidente en Valdeorras.
Otra de las novedades destacadas es la ampliación del espectro de los vinos espumosos, que ahora podrán incluir variedades tintas y rosadas. Hasta ahora, estos espumosos estaban restringidos a las uvas blancas de la variedad Godello. Esta ampliación no solo responde a las necesidades de diversificación, sino también a las oportunidades que ofrece un mercado en constante evolución.
Los cambios también abarcan ajustes en la descripción de las características organolépticas de los vinos, haciéndolas más objetivas y alineadas con los estándares internacionales, como la norma ISO 17065. Esto no solo facilita la certificación de los productos, sino que refuerza la posición de Valdeorras como una denominación de origen moderna y competitiva.
Incluso los tradicionales vinos tostados se han adaptado. El tiempo mínimo de pasificación de las uvas bajo cubierta se reduce de 90 a 30 días, y la graduación alcohólica mínima baja de 13 a 11 grados. Estas modificaciones apuntan a facilitar su producción sin comprometer la calidad, abriendo nuevas posibilidades para estos emblemáticos vinos dulces.
En este proceso, el papel del Consello Regulador de Valdeorras y la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria ha sido fundamental, actuando como intermediarios entre la tradición vitivinícola y las demandas contemporáneas. La iniciativa no solo busca responder a los desafíos del clima y el mercado, sino también consolidar la identidad de Valdeorras como una denominación innovadora, comprometida con la excelencia y el futuro del sector.
Con estas modificaciones, Valdeorras demuestra que tradición e innovación no son incompatibles, sino dos caras de la misma moneda. El reto ahora será capitalizar estas transformaciones para conquistar nuevos mercados sin perder la esencia que hace de sus vinos un emblema de calidad en Galicia y más allá.
Más información en el DOG: Resolución completa.