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lunes, julio 7, 2025

Conflicto rural en Cerqueda por los excrementos de vaca

  • Vecinos de Cerqueda, en Malpica, denuncian al ganadero local por residuos ganaderos en las pistas. El conflicto abre un debate sobre la convivencia rural.

Cuando la bosta divide: un conflicto ganadero en Cerqueda

En la parroquia de Cerqueda, en el concello coruñés de Malpica, un conflicto vecinal está reabriendo un viejo debate rural: ¿dónde está el límite entre la tradición ganadera y la convivencia vecinal? El foco del problema son los excrementos de vaca y otros restos que, según denuncian algunos vecinos, el ganadero local estaría dejando en las pistas de uso común. Aunque pudiera parecer una disputa menor, la situación se ha enquistado y refleja un choque entre formas de vida, entre lo que fue y lo que es el rural gallego en plena transformación.

Una convivencia rota por la rutina ganadera

«Llevo más de dos años peleando con este tema», asegura un residente afectado, visiblemente molesto. Se queja de que tanto a pie como en coche es difícil evitar los residuos que, afirma, están cada vez más presentes en los accesos a las viviendas. «En invierno es peor porque la bosta está blanda y se esparce más», añade.

Las quejas no son nuevas. Según ha confirmado el propio Concello, la Policía Local ha acudido en varias ocasiones al lugar y ha tramitado una sanción administrativa contra el ganadero. La multa aún está «en curso», pero evidencia que el conflicto ha rebasado el ámbito privado.

“De toda a vida as vacas cagaron…”

El ganadero implicado no oculta su frustración. “De toda a vida as vacas cagaron e o galo cantou, pero hoxe en día molesta todo”, afirma. Relata que lleva el ganado a pacer a diferentes fincas de la zona, y reconoce que a veces las vacas ensucian la pista. “Cando a mancho moito, xa sei que teño que limpala, ou se chove. E neses casos xa o fago, pero non sempre”, reconoce.

Por ahora, dice no haber recibido notificación oficial de ninguna sanción. Asegura que no es el único ganadero que realiza estos desplazamientos con reses, y que la práctica —llevar las vacas de una finca a otra por caminos vecinales— es habitual desde hace generaciones.

Tradición vs. nuevas sensibilidades en el rural gallego

Lo que está ocurriendo en Cerqueda no es un caso aislado. En muchas zonas rurales de Galicia, los cambios sociales, la llegada de nuevos vecinos no vinculados al campo y la creciente preocupación por la limpieza y el medio ambiente están generando fricciones con prácticas ganaderas tradicionales. Lo que antes era asumido como parte de la vida rural —como la presencia de bosta en los caminos o el canto de un gallo al amanecer— hoy provoca quejas, denuncias y sanciones.

Esta situación pone sobre la mesa la necesidad de encontrar equilibrios. ¿Debe el ganadero adaptar su actividad a nuevas normas de convivencia o es la sociedad quien debe entender las particularidades del mundo rural? La respuesta no es sencilla y, en muchos casos, se convierte en un conflicto abierto como el de Cerqueda.

¿Hacia dónde debe caminar la regulación?

Ni la Xunta de Galicia ni el Ministerio de Agricultura se han pronunciado sobre este caso concreto, pero desde distintos colectivos rurales se insiste en la importancia de regular —sin criminalizar— este tipo de situaciones. Algunas entidades agrarias han pedido a las administraciones que revisen las ordenanzas municipales para contemplar excepciones o flexibilidades que reconozcan la singularidad de la actividad ganadera extensiva, especialmente en territorios como la Costa da Morte, donde aún perviven modelos tradicionales.

El riesgo de criminalizar al ganadero

El conflicto de Cerqueda podría parecer anecdótico, pero es un síntoma de algo más profundo: la desconexión creciente entre quienes viven del campo y quienes conviven con él desde otros estilos de vida. Si no se gestiona con diálogo y comprensión, este tipo de disputas pueden derivar en la criminalización de una profesión ya de por sí castigada por la burocracia, la falta de relevo generacional y la presión normativa.

En definitiva, no se trata solo de bosta. Se trata del modelo de rural que queremos para el futuro. Uno donde la vaca siga cagando y el gallo cantando… sin que eso signifique necesariamente una sanción.

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