- La caída del precio de la leche en origen está asfixiando a las granjas gallegas, mientras los consumidores apenas perciben la diferencia en los supermercados.
Desde que alcanzó su punto máximo en febrero del año pasado, con una cotización de 58,9 céntimos por litro, el precio de la leche en origen no ha dejado de descender, alcanzando en junio los 45,6 céntimos por litro, el nivel más bajo desde julio de 2022. Esta disminución representa un 12% menos en comparación con el mismo mes del año anterior.
A pesar de esta caída significativa en los precios que se pagan en el campo, los consumidores apenas han visto una reducción en el precio de la leche en los supermercados. Según el Índice de Precios al Consumo (IPC), el precio de la leche en los comercios solo ha bajado un 2,9% en toda España y un 3,1% en Galicia. En algunos supermercados, el precio por litro varía entre 0,91 euros para marcas blancas y hasta 1,24 euros para marcas premium como Unicla.
Este desajuste en los precios ha supuesto un golpe financiero considerable para las granjas gallegas. Con una producción de materia prima similar a la del año pasado, que se situó ligeramente por encima de los 1.500 millones de litros, el descenso en los precios ha provocado que las granjas hayan dejado de ingresar más de 100 millones de euros durante el primer semestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior.
Además, la situación en Galicia es aún más preocupante si se compara con otras comunidades autónomas. Los productores gallegos percibieron hasta junio un promedio de 45,6 céntimos por litro, mientras que en el resto de España el promedio fue de 49,8 céntimos, y en regiones como Asturias y Castilla y León, los precios superaron los 52 céntimos. Esta disparidad coloca a Galicia, que produce casi el 45% de la leche del país y alberga más de la mitad de las granjas lácteas, en una clara desventaja competitiva.
Por si fuera poco, las principales industrias lácteas de la comunidad, como Lactalis, Clesa y Río, han reducido aún más los precios en los nuevos contratos firmados en agosto, aplicando un recorte de un céntimo por litro para la leche recogida durante los meses de agosto y septiembre. Aunque estas empresas han prometido recuperar este céntimo en los meses siguientes, el impacto a corto plazo es significativo para los productores.
Los nuevos contratos establecen que las granjas más grandes, con más de tres millones de litros anuales, recibirán como máximo 45 céntimos por litro, mientras que las explotaciones más pequeñas, que no alcanzan los 500.000 litros al año, percibirán alrededor de 42 céntimos por litro. Estas cifras son preocupantes, especialmente para las explotaciones más pequeñas que difícilmente alcanzarán los 38 céntimos por litro.
Algunas empresas como Naturleite y Capsa, matriz de marcas como Central Lechera Asturiana y Larsa, han decidido mantener los precios durante los próximos cuatro meses, lo que ofrece un respiro temporal para algunos productores. Sin embargo, la reducción de las diferencias en los precios pagados en diferentes comunidades y entre granjas de distinto tamaño sigue siendo un desafío pendiente.
En contraste con la situación en Galicia, los precios de la leche en Europa han mostrado una tendencia al alza. En julio, las cotizaciones medias en Europa alcanzaron los 46,23 céntimos por litro, un 6% más que hace un año. Este incremento se debe a la buena evolución de los derivados lácteos industriales como la mantequilla, que ha experimentado un aumento del 45% en su valor, y la leche en polvo, que ha subido un 14% en los últimos doce meses. Esta discrepancia en la evolución de los precios ha generado un creciente malestar entre los ganaderos gallegos, que critican las continuas bajadas en el precio de la materia prima, las cuales no se reflejan en el precio de la leche envasada que se vende en los supermercados.