- La ausencia de movilizaciones en el campo gallego revela la influencia de la desunión y las próximas elecciones autonómicas del 18 de febrero.
En Galicia, una comunidad agroganadera de gran relevancia en España tanto por su producción como por el número de agroganaderos, resulta sorprendente la falta de movilizaciones significativas en comparación con otras regiones del país. Mientras en el resto de España se han organizado protestas con mayor intensidad y fervor, mostrando una unión en el sector al margen de diferencias ideológicas, en Galicia apenas se han registrado manifestaciones destacables.
El reciente caso de una tractorada en las puertas de Santiago, organizada por agricultores y ganaderos sin adscripción sindical en la comarca de Ordes, arroja luz sobre esta realidad. Si bien la protesta buscaba expresar el apoyo a las reivindicaciones del sector primario, como los excesivos controles sanitarios y los costes económicos de cumplir con la normativa europea, su alcance y participación fueron limitados en comparación con movilizaciones similares en otras partes del país.
La desunión en el campo gallego se hace evidente ante la falta de una respuesta contundente y unificada ante las dificultades que enfrenta el sector. Mientras algunos agricultores y ganaderos reconocen la necesidad de defender sus intereses y el medio rural, otros permanecen al margen de las protestas, ya sea por diferencias ideológicas o por falta de organización.
Un factor que ha contribuido a esta falta de movilizaciones puede ser la inhibición de los sindicatos, posiblemente influenciada por el período electoral y la falta de consenso interno en cuanto a las estrategias a seguir. La celebración de elecciones autonómicas el 18 de febrero en Galicia puede estar influyendo en la reticencia de algunos sectores a participar en movilizaciones que podrían considerarse politizadas.
Esta falta de liderazgo y coordinación ha dejado al sector sin una voz unificada que abogue por sus intereses de manera efectiva. Es especialmente preocupante que en una región donde la agricultura y la ganadería desempeñan un papel crucial en la economía y la vida rural, la falta de unidad y acción colectiva pueda poner en peligro la sostenibilidad a largo plazo del sector.
Los agroganaderos gallegos se enfrentan a desafíos similares a los de otras regiones, como los costes de producción, la burocracia y la presión regulatoria, pero la respuesta colectiva parece ser menos contundente. En este contexto, es necesario reflexionar sobre la importancia de superar las diferencias y unir esfuerzos para defender los intereses comunes del sector primario en toda España. La falta de movilizaciones en el campo gallego resalta la necesidad de una acción colectiva más sólida y coordinada para enfrentar los desafíos presentes y futuros que afectan a los agroganaderos de la región.