- La extinción de la Agencia Gallega da Industria Forestal marca un cambio drástico en las políticas forestales de Galicia y genera preocupación en el sector.
El reciente cambio de Gobierno en Galicia ha generado un profundo impacto en la estructura administrativa y en las políticas públicas, con la sorpresiva decisión de extinguir la Axencia Galega da Industria Forestal, más conocida como XERA. Este organismo, establecido en 2017, se había erigido como una respuesta crucial a una larga aspiración de toda la cadena forestal maderera de la región.
La extinción de XERA no llega sola, sino que se acompaña de una redistribución de competencias en el ámbito de la industria forestal. Ahora, la Consellería de Economía asume un papel central en este campo, con la Secretaría Xeral de Industria y Desarrollo Energético como la nueva entidad responsable de gestionar los asuntos relacionados con la cadena maderera. Esta reorganización ha generado inquietud y desconcierto en el sector forestal y de la madera, que se ve enfrentado a un nuevo escenario sin haber sido consultado previamente.
La eliminación de XERA representa un revés significativo para las políticas públicas forestales y de la madera en Galicia. Además de perder una institución dedicada específicamente a atender las necesidades de la industria forestal, ahora se enfrenta a la fragmentación de las competencias entre dos consellerías, lo que podría complicar la coordinación y la implementación efectiva de las políticas en este ámbito.
La incertidumbre se cierne sobre los proyectos y compromisos que estaban en marcha bajo el amparo de XERA. Iniciativas como el impulso a la construcción pública en madera, que tenía como objetivo promover el uso de este material y servir como ejemplo para el sector privado, podrían verse afectadas por esta decisión. Asimismo, la puesta en marcha del Registro gallego de carbono, liderado por XERA y esperado para este año, queda en una situación de incertidumbre.
Este cambio drástico en las políticas forestales de Galicia se produce en un contexto de reconfiguración política y administrativa, lo que ha generado preocupación y desconcierto en el sector. La sustitución del conselleiro saliente por una nueva figura ha generado especulaciones y dudas sobre el rumbo futuro de las políticas forestales en la región