- La Unión Europea propone una reforma en el transporte de animales vivos que podría reducir la producción cárnica española hasta en un 17%, según advierten expertos del sector.
La Unión Europea se encuentra en proceso de implementar una de las reformas más significativas en dos décadas respecto al transporte de animales vivos. Esta iniciativa, enmarcada en la Estrategia “De la Granja a la Mesa” y el Pacto Verde Europeo, busca mejorar el bienestar de los aproximadamente 1.600 millones de animales transportados anualmente dentro y fuera de la UE.
Entre las principales modificaciones propuestas destacan:
• Prohibición de transporte para hembras preñadas que se encuentren en el 80% de su gestación, reduciendo el límite anterior del 90%.
• Incremento de la edad mínima para el transporte de terneros a 5 semanas y un peso mínimo de 50 kg; para corderos, cabritos y lechones, la edad mínima se establece en 3 semanas.
• Aumento de las densidades de carga y altura mínima del techo de los vehículos, ajustadas según la especie y edad de los animales.
• Limitaciones en la duración de los trayectos: para animales con destino a matadero, el tiempo máximo de viaje será de 9 horas, salvo que no exista una planta de sacrificio en ese radio. Para otros destinos, se establece un máximo de 10 horas de transporte, seguido de pausas y periodos de descanso específicos.
• Nuevas restricciones basadas en la temperatura ambiental, prohibiendo el transporte cuando las temperaturas superen los 30°C, salvo que se realice en horas nocturnas.
La Comisión Europea sostiene que estas medidas no afectarán significativamente la asequibilidad de los alimentos ni la seguridad alimentaria en la UE.
Sin embargo, representantes de la industria cárnica española, como la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice), expresan su preocupación. Advierten que la nueva normativa podría provocar una disminución de hasta un 17% en la producción de carne bovina y un 7% en la de cerdo blanco, con el consiguiente aumento de precios para el consumidor.
Además, señalan que las restricciones en los tiempos de transporte y las condiciones climáticas dificultarán el comercio intracomunitario, especialmente para España, dada su posición geográfica periférica y las altas temperaturas que se registran en gran parte del año. También alertan sobre el incremento de cargas administrativas y costos operativos, lo que podría afectar especialmente a pequeñas explotaciones ganaderas y empresas ubicadas en zonas rurales.
Por otro lado, organizaciones defensoras del bienestar animal consideran que la propuesta es un paso en la dirección correcta, pero insuficiente para eliminar el sufrimiento de millones de animales durante largos trayectos cada año.
En este contexto, el sector ganadero y de transporte de animales vivos en España busca que la Unión Europea revise y ajuste la propuesta, equilibrando el bienestar animal con la viabilidad económica y operativa de la industria cárnica.
La implementación de esta normativa plantea un desafío significativo: encontrar un equilibrio entre la mejora del bienestar animal y la sostenibilidad de una industria clave para la economía española.