- Con más de 40.000 corrales ya legalizados en la comunidad, las peticiones se tramitan tanto en oficinas rurales como por internet, aunque algunos prefieren la ayuda personal en las tiendas locales.
La nueva normativa que exige registrar los corrales caseros como explotaciones de autoconsumo ha generado una oleada de solicitudes en toda Galicia. Con más de 40.000 corrales ya legalizados en la comunidad, las peticiones se tramitan tanto en oficinas rurales como por internet, aunque algunos prefieren la ayuda personal en las tiendas locales.
Manuel Calvo, propietario de una tienda en Santa Comba y portavoz de la recién creada Asociación de Tiendas Agrarias de Galicia, señala que la preocupación entre la gente mayor es palpable, ya que temen las posibles multas por no cumplir con las nuevas regulaciones. Por ello, muchas tiendas están facilitando los trámites a sus clientes, actuando como intermediarios entre estos y la Xunta.
Además del temor a las sanciones, el sector de las tiendas ha experimentado una drástica caída en las ventas, especialmente en la compra de aves jóvenes, que solía ser popular en esta época del año. Esta disminución se debe en parte a las nuevas restricciones impuestas por el real decreto del Ministerio de Agricultura, el cual exige el registro de los corrales para adquirir aves.
La Xunta ha presentado numerosas alegaciones al decreto, argumentando que impone una carga burocrática excesiva y no tiene en cuenta las particularidades de Galicia, donde la avicultura casera es muy común. A pesar de esto, las inspecciones de la administración autonómica solo se llevarán a cabo en caso de denuncias registradas, según lo establecido por Medio Rural.
La situación ha llevado a la creación de la Asociación de Tiendas Agrarias de Galicia, que cuenta con más de 200 establecimientos en toda la comunidad. Su principal objetivo es defender los intereses del sector y buscar soluciones a los desafíos actuales. Calvo destaca que la mayoría de sus clientes son personas mayores, muchas de las cuales necesitan ayuda para completar los trámites de registro de corrales.
El impacto económico de estas nuevas regulaciones se hace evidente en las tiendas agrarias, donde las ventas han disminuido significativamente en comparación con años anteriores. Esta situación preocupa a los comerciantes, quienes temen por la viabilidad de sus negocios a largo plazo.
Además de las repercusiones económicas, la nueva normativa también ha generado debate sobre la necesidad de adaptar las regulaciones a las particularidades de cada región. Mientras que en Galicia se imponen restricciones a la compra de aves sin el registro de corrales, en el norte de Portugal no se aplican tales limitaciones, lo que ha generado cierta controversia en la zona fronteriza.
En resumen, el proceso de legalización de corrales en Galicia ha generado una serie de desafíos para el sector avícola y las tiendas agrarias locales. Aunque la nueva normativa busca garantizar la seguridad alimentaria y el bienestar animal, es necesario encontrar un equilibrio que no penalice a los pequeños productores y comerciantes. En este sentido, la colaboración entre el gobierno autonómico, los profesionales del sector y las asociaciones locales puede ser clave para encontrar soluciones viables y sostenibles a largo plazo.