- La organización FADEMUR visibiliza la agenda feminista rural por la que hoy salen a las calles las mujeres rurales.
En un sector como el agrario, estratégico para toda la sociedad y emblemático para los pueblos, las mujeres con contratos indefinidos ganaron en 2023 un 3,2% menos que los hombres, una brecha que escaló hasta el 7,6% en el caso de las mujeres y hombres con contratos temporales.
Esta es solo una de las denuncias que ponen sobre la mesa hoy, Día Internacional de las Mujeres, aquellas que viven y trabajan en los pueblos, entre 3 y 5 millones en España. La diferencia entre una cantidad y otra viene dada por la vara de medir que se utilice para considerar o no rurales los municipios y núcleos poblacionales menores, como las parroquias y las pedanías. “Esto ya nos aporta una pista de cómo es el terreno en el que trabajamos: poco observado y menos estudiado. En definitiva, muy ignorado”, dice Teresa López López, presidenta de FADEMUR, Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, explicando la doble discriminación que sufren: por sexo y territorio.
Desde FADEMUR apuntan más cifras de la desigualdad laboral entre hombres y mujeres del campo. Ellas tienen menos explotaciones agrarias -un 36% menos que los hombres- y la brecha es incluso mayor cuando hablamos de titulares que son jefes de explotación: en esta figura los hombres suponen casi un 49% más que las mujeres. Además, las explotaciones de mujeres son más pequeñas y menos rentables. El Ministerio de Agricultura reconoce que tienen una dimensión económica casi un 40% menor que la media nacional, lo que las hace más vulnerables ante crisis como la actual y repercute en su independencia económica.
Pero la desigualdad sobrepasa el sector agrario. Las mujeres sufren en los pueblos una fuerte segregación vertical y horizontal laboral en todo el medio rural. En conjunto, las mujeres en los pueblos sufrían una tasa de inactividad laboral del 29,6% en 2021, frente al 12% de inactividad de los hombres. Y si centramos la mirada en el empresariado rural, también es notable su masculinización. Del total de personas empresarias en los pueblos, los datos de 2021 hablando de un 68% de hombres frente a un 32% de mujeres.
Derechos reproductivos y violencia machista
Desde FADEMUR denuncian que son notables los problemas para ejercer el derecho al aborto en los pueblos. “Sin centros cercanos ni líneas de transporte público, en el medio rural las garantías de acceder a un aborto y de hacerlo de forma anónima se ven muy reducidas”, explica la presidenta de FADEMUR.
Detrás de la falta de transporte y otros servicios, la excusa de que la población rural es menor y está más dispersa. “Es también la razón que nos dan para retirarnos otros servicios”, explica Teresa señalando otra consecuencia muy dura: “las mujeres de los pueblos son muy vulnerables ante la violencia machista porque los recursos de prevención y atención también están concentrados en las ciudades”. Las víctimas rurales permanecen con sus agresores de media 20 años, según el primer –y único hasta la fecha- estudio sobre violencia machista en el medio rural de España
En FADEMUR, hartas de ver ignorada por la Administración su petición de segregar por tamaño de municipio los asesinatos por violencia machista, comenzaron a registrar ellas mismas los datos en 2021. De las 5 víctimas oficiales en lo que llevamos de año, 2 fueron asesinadas en municipios de menos de 20.000 habitantes. Entre 2021 y 2023, en España fueron asesinadas 149 mujeres, de las que 48 fueron asesinadas en pueblos.
Otras desigualdades
La discriminación y desigualdad por razón de sexo se extienden a todas las esferas en el medio rural, la brecha desde las tareas domésticas y cuidados de personas del entorno hasta la digitalización.
En el cuidado de la infancia, por ejemplo, los últimos datos hablan de que ellas dedican casi 5 horas y media mientras que los hombres rurales sobrepasan a duras penas las 2 horas.
En cuanto al uso de tecnologías, las mujeres suponen el 42,4% de las personas que las utilizan en los pueblos y los hombres el 57,6%. Desde FADEMUR han remarcado la necesidad de seguir ahondando en el conocimiento de estas y otras brechas sufridas por las mujeres en el ámbito rural. Según Teresa López, “Es la única manera de ir reduciéndolas”.
Reivindicaciones y visibilización
FADEMUR ha remarcado que la lucha contra estas desigualdades sobrepasa el 8 de marzo y ha puesto en valor su trabajo durante todo el año. Así, ha destacado su lanzadera de emprendedoras Ruraltivity o en el programa Plan Allen Rural para mejorar la situación laboral de las mujeres rurales; también los esfuerzos desde ‘Cultivando Igualdad’ para erradicar la violencia machista en los pueblos; o programas como ‘Cuidándonos para un Futuro Mejor’ para aliviar los trabajos de cuidado informal de personas mayores.
“Pero no podemos avanzar solas, necesitamos un respaldo y recursos por parte de las Administraciones”, ha explicado la presidenta destacando el diferente apoyo que las mujeres viven según el territorio en el que se ubiquen sus pueblos. “Nos preocupa las diferentes velocidades a las que avanza la igualdad en toda España, mientras en algunos territorios disponemos de un Estatuto, en otros estamos viendo pasos hacia atrás”.
Para luchar contra esto, la organización demanda la aprobación de un Estatuto que sirva de paraguas para todas independientemente de la región y el color del partido que gobierne. FADEMUR pide que este Estatuto de las Mujeres Rurales recoja, al menos, cinco puntos mínimos que garanticen un avance en las desigualdades en los pueblos:
1. Que asegure que todos los Gobiernos autonómicos llevan a pie de campo la PAC que busca la igualdad.
2. Que facilite la Titularidad Compartida para continuar visibilizando el trabajo de las mujeres del sector agrario. Las diferencias en el número de explotaciones con esta figura jurídica son muy notables entre algunas regiones (la C. de Madrid e Islas Baleares continúan teniendo 0 explotaciones en su registro) y es un claro ejemplo de los desequilibrios del mundo rural en materia de igualdad.
3. Que profesionalice los cuidados, que las mujeres que los ejerzan obtengan una remuneración y vean reconocidos sus derechos, a la vez que dé garantías de que los servicios llegan a las y los habitantes de los pueblos.
4. Que mejore la participación de las mujeres rurales en la esfera pública y privada, para lo que FADEMUR propone tomar el ejemplo del Estatuto de las Mujeres Rurales que ya existe en Castilla-La Mancha, el cual vincula la obtención de presupuesto público a la participación equilibrada de las mujeres en las entidades.
5. Que dedique más atención y recursos para evitar la violencia machista en los pueblos, que ayude a extender la red de espacios seguros contra esta lacra y que impulse la sensibilización del conjunto de la sociedad y las empresas.
Por todo ello, las mujeres de salen hoy a las calles, en muchas ocasiones, de las ciudades. “Quien piense que las mujeres rurales se quedan en casa el 8M se equivoca, pero es común que acudamos a las grandes urbes a engrosar las movilizaciones que en ellas se convocan”, ha explicado Teresa López.
Para visibilizar la participación de las mujeres rurales, y su agenda, en estas protestas, este año FADEMUR ha repartido pegatinas en las que las manifestantes escriben los nombres de sus pueblos para reflejar así “la fuerza del y unidad del 8M rural”